Petronila Vargas Santa Cruz, la mujer que denunció al presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, por los delitos de secuestro y tortura y por el asesinato de su padre, Eliseo Vargas, en 2005, llegó a Lima para someterse a un examen psicológico y psiquiátrico en el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público y ver qué secuelas le dejaron estos hechos.
En diálogo con Perú21, Vargas se ratificó en su denuncia a la autoridad cajamarquina quien, ante la Segunda Fiscalía Penal Corporativa de San Ignacio, alegó inocencia.
Lo peor es que la agraviada asegura que su padre no fue la única víctima mortal del entonces dirigente de los ronderos. “Hay más”, afirmó.
Por tal motivo, hoy camina y viaja resguardada por un policía pues, en menos de tres meses, ha recibido varias amenazas de muerte a través de su celular. “Deja de denunciar (a Santos) porque tres vamos a viajar de Arequipa para callarte”, le advirtieron.
Curiosamente, el 25 de octubre de 2005, el mismo día que Santos viajó a San Ignacio para firmar el libro de procesados –por orden del Juzgado de Investigación Preparatoria de esa localidad–, “un sujeto alto y bien vestido”, según Petronila, llegó a su casa en el caserío de Chinche Alto, a media hora del distrito de Huarango.
“¿Usted es la persona que viene a matarme? Por si acaso, yo no le tengo miedo a la muerte”, le dijo Petronila al desconocido, quien insistía en confirmar si era ella.
“Somos cuatro, señora, y regresaremos”, le respondió, para luego escapar en un auto con dirección a San Ignacio.
“SANTOS MIENTE”
Según la denunciante, Santos “es un mentiroso” al indicar que no la conoce y que nunca la ha visto. “Eso es imposible porque en el juicio popular que él presidió estuvo a menos de diez metros de distancia del lugar donde yo estaba parada y, durante los casi setenta días que estuve secuestrada, Santos ordenó y fue testigo de la tortura a la que fui sometida por sus amigos, los dirigentes Elianita Zavaleta e Ydelso Hernández, en Huarango”, refirió.
Incluso, asegura que lo vio varias veces: el 30 de octubre de 2005, cuando la secuestraron; el 2 de noviembre, cuando Santos ordenó que la golpearan; en la tercera visita, cuando escuchó las arengas contra el entonces dirigente ronderil, y el 24 de noviembre, cuando ordenó que la dejaran completamente desnuda en los calabozos del centro de acopio de Huarango.
“Me hicieron dos cortes en el brazo derecho y otro en la pierna (derecha) con un cuchillo, buscando que hablara y me culpara de un delito que ni yo ni mi familia cometimos”, dijo mostrando las cicatrices del supuesto ensañamiento cometido hace siete años por el ahora presidente regional.
Según Petronila Vargas, Santos buscaba que ella se culpara de la muerte de su tío y de sus primos para quedarse con un terreno agrícola de 120 hectáreas y con 120 cabezas de ganado que le pertenecían a su padre, don Eliseo Vargas.
Y, ante su negativa, su padre; su madre, Genoveva Santa Cruz, y sus hermanos también fueron secuestrados por los ronderos a quienes Santos dirigía. Sin embargo, don Eliseo llevó la peor parte pues fue encadenado y asesinado. Su cuerpo fue encontrado en el interior de un costal a orillas de un río de la zona de Pato Ciego, en Huarango.
“Ahora solo busco justicia”, afirma esta mujer, indicando que el fiscal Miguel Briceño y el policía Héctor Idrogo ya se ratificaron en acusar a Santos por haber impedido la acción de la justicia durante el juicio popular. El fiscal de San Ignacio tiene la última palabra.
TENGA EN CUENTA
- Javier Adrianzén, abogado de Petronila Vargas, refirió que la investigación a Santos está al 90%, pero le preocupa el retraso en las pericias psiquiátricas a Petronila.
- El psiquiatra del Ministerio Público en Lima pidió cinco sesiones con Petronila. Sin embargo, ella dice que no podrá asistir a todas porque carece de los recursos económicos para quedarse dos meses en Lima. Pidió que estas pericias se realicen en San Ignacio.
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