Gina Sandoval,Mis.Finanzas
gsandoval@peru21.com
Son considerados grandes exponentes de la literatura mundial. Sus novelas no solo los encumbran como maestros del estilo, del arte y la narrativa; Flaubert, Dickens, y Defoe también transmitieron en sus obras interesas lecciones financieras.
Jeremy Olsham, columnista de Wall Street Journal on line, comenta que las novelas victorianas del siglo XIX tienen abundante información sobre cómo resolver problemas de dinero, tanta como la que ofrecen los asesores financieros o los libros de cómo hacerse millonario.
Explica que “el dinero provoca tantos estragos en las novelas victorianas –donde aparece y desaparece de manera mágica en las primeras páginas— que son una especie de curso general sobre lo que no se debe hacer”.
PERSONAJES Y TRAMAS
El náufrago Robinson Crusoe –de Daniel Defoe– da cuenta de la relación irracional de la gente con el dinero, explica Olsham. El baúl lleno de monedas de oro que encontró luego de que su barco se hundió no le servía de nada en una isla desierta, aunque se lo quedó de todas maneras.
Madame Bovary –de Gustave Flaubert– es una guía de los peligros de la tarjeta de crédito. La perdición de Emma Bovary fue el comerciante Monsieur Lheureux, señala el analista. El usurero ofrece irresistibles objetos a altas tasas de interés. Las deudas crecen y Emma mata su angustia con una botella de arsénico.
Ebenezer Scrooge de Cuento de Navidad –de Charles Dickens– es un claro ejemplo de cómo se debe ahorrar y no acaparar. La escena de los tres espíritus de la Navidad le enseñan al personaje central de la novela por qué debe dejar la avaricia y que sí puede disfrutar de sus ahorros de manera responsable.
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