Es destacable que tanto el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) como el Banco Central de Reserva (BCR) traten de inyectar optimismo en la economía, pero lo que está ocurriendo en Estados Unidos puede enfriar ligeramente el crecimiento económico.
Si el desenlace toma más tiempo de lo esperado, podrían afectarse las inversiones en minería y en infraestructura. Hay riesgo de que experimentemos dos meses de inercia.
Por ello, no es seguro de que se cumplan las proyecciones positivas del MEF y del BCR. Están poniéndole mucha vibra, como si fueran un entrenador de un equipo local que prepara a su selección para que enfrente al Barza, ojalá puedan.
Para que la economía nacional realmente se reactive se necesitan dos cosas: que las exportaciones de productos tradicionales y no tradicionales crezcan; y que las inversiones, sobre todo las del sector privado, aumenten de manera importante.
Sin embargo, nuevamente, con lo que está ocurriendo en el Congreso de Estados Unidos es difícil que podamos dibujar aquí un mejor horizonte.
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