Hace 65 millones de años, un asteroide de 10 kilómetros cayó en lo que hoy se conoce como la Península de Yucatán (México). El impacto dejó un cráter de 180 kilómetros de diámetro y provocó la extinción de la mayoría de seres vivos de la Tierra. Esta versión, conocida también como la Hipótesis de Álvarez, es la más aceptada por la comunidad científica.
Sin embargo, investigadores del Dartmouth College (Estados Unidos) sugieren que no fue un asteroide lo que causó tal evento, sino un cometa. Los expertos consideran que, por el tamaño del cráter y la cantidad de iridio hallado en la zona, lo más probable es que el responsable haya sido un objeto más pequeño, más rápido y menos rocoso que un asteroide. Según BBC Mundo, el cometa que habría impactado en nuestro planeta fue del tipo periódico, el cual está formado por roca, hielo y polvo.
CON MESURA
No obstante, esta nueva hipótesis debe ser tomada con cautela. Rodolfo Salas Gismondi, paleontólogo del Museo de Historia Natural, indica que es una de las tantas que se han formulado a lo largo del tiempo. “La hipótesis aún no se ha probado. Lo único que sabemos es que un cuerpo extraterrestre chocó contra la Tierra y que fue un golpe devastador. Determinar si fue un cometa o un asteroide es complicado”, explica Salas.
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