Gianfranco Castagnola,Al.Mercado
gcastagnola@peru21.com
No queda claro qué ideas están pasando por las cabezas de las autoridades del Gobierno. Por un lado aspiran a que el Estado juegue un rol cada vez más importante en la economía, incluso como “empresario”. El creciente rol de Petroperú es un buen ejemplo: como ha trascendido sin que se haya desmentido, pretendería adquirir la Refinería La Pampilla y las estaciones de servicio de Repsol. Por otro lado, el Estado espera que el sector privado se haga cargo de responsabilidades tales como la provisión de servicios y la construcción de infraestructura en zonas mineras y, más recientemente, como se ha visto en el caso de Camisea, la dotación de seguridad contra el terrorismo. Es el mundo al revés: el Gobierno quiere que el Estado haga lo que le corresponde al sector privado y que este asuma tareas que son del Estado. Si dejaran hacer al sector privado lo que sabe hacer y el Estado se dedicara a facilitarle esa función y a concentrarse en lo que le corresponde, todos estaríamos mejor.
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