Guido Lombardi,Opina.21
glombardi@peru21.com
En él tendrá mayor responsabilidad el Partido Popular Cristiano (PPC) y es posible que la apuesta por la institucionalidad de ese partido suponga acuerdos más allá del ámbito estrictamente municipal.
Es evidente, sin embargo, que el 49% de los que optaron por el Sí, expresan un rechazo generalizado a los partidos y a los políticos, así que se requerirán enormes dosis de humildad y de inteligencia para atender las urgencias de esos sectores y demostrar que hay excepciones y que los políticos –por lo menos algunos de ellos– pueden llegar a la administración pública para servir y no para servirse.
Susana Villarán, disminuida al perder a la casi totalidad de sus regidores –según el reporte oficial de la ONPE– tendrá que poner atención no solo a las grandes obras sino a los pequeños servicios en favor de los que menos tienen. Las escaleras del exalcalde Luis Castañeda son un buen ejemplo –aunque no el único– de las tareas que deben emprenderse con especial ímpetu en esta segunda etapa del mandato municipal.
El desafío ahora es, en palabras de Pablo Secada (uno de los líderes jóvenes que surge de esta campaña), si la gestión municipal es capaz de establecer prioridades y si es capaz de concretarlas, convocando a técnicos y especialistas de otros sectores.
Eso no debe significar que se aparte a sus regidores acompañantes de primera hora que, como Marisa Glave, han demostrado destreza política y coraje cívico para enfrentar la adversidad.
Además, ellos son el vínculo con los colectivos juveniles que desempeñaron (memes mediante) un papel decisivo en la campaña.
Párrafo aparte merece la consecuencia de Lourdes Flores quien, pese a las heridas que dejó la campaña municipal en la que fue derrotada, se jugó íntegramente por el No. Ella es, sin duda, la gran vencedora de este proceso.
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