Mariana de Althaus y Alonso Alegría (Dramatur
Un año con muchas luces… y algunas sombras
Para mí, la mejor obra del año fue Viaje de un largo día hacia la noche, dirigida por Roberto Ángeles. Una dirección impecable y cuatro actuaciones estremecedoras apoyados por el extraordinario texto de Eugene O’Neill.
Dentro de las obras peruanas, me gustó mucho Bolognesi en Arica, escrita y dirigida por Alonso Alegría.
El 2013 tuvo tres grandes eventos teatrales: el nacimiento del Teatro de la Universidad del Pacífico, el de la revista de teatro La Lupe, la creación de Sala de Parto, certamen de dramaturgia, y la segunda edición del Festival de Aartes Escénicas de Lima (FAEL), un esfuerzo gigante liderado por Marisol Palacios que presentó este año obras muy interesantes dentro de una organización mucho más lograda y eficiente, y que está dando la posibilidad a las obras peruanas de salir a otros países.
Pero el 2013 también trajo algunas cosas malas: el cambio de Ministro de Cultura demoró o postergó la creación del Concurso Nacional de Dramaturgia, propuesto por el ex ministro (y director teatral) Luis Peirano.
Alonso Alegría
El año del teatro peruano
La Plaza ISIL surcó el camino de los nuevos textos con mi nueva traducción de Ricardo III, dándole al público la singular oportunidad de entender cada palabra del supuestamente incomprensible Shakespeare. En agosto había venido lo más importante: La Plaza ISIL organizando y presentando Sala de parto, muy original y bien pensado certamen de dramaturgia que publica diez obras —escogidas por concurso— en un precioso volumen empastado, presenta al público cinco de estas obras en formato de lectura en pie (hubo salas llenas) y otorga a una de ellas un jugoso premio monetario que pone en carrera a un nuevo autor (cuya obra será publicada en 2014).
En toda mi vida no ha ocurrido en el Perú nada más importante que Sala de parto para consolidar un teatro peruano de buenos y muy buenos dramaturgos.
Vimos también ¿Eres tú, pequeño?, de Daniel Amaru Silva, obra ganadora, en 2012, del premio del Centro Cultural Peruano Británico. Esta es una preciosa pieza de realismo mágico a la que, lamentablemente, el concepto del montaje le quitó el realismo, y con ello la magia.
Y por último —y sin roche— anoto aquí que mi drama histórico Bolognesi en Arica funcionó en la Alianza Francesa de Miraflores, al punto que cinco mil personas la aplaudieron luego de 29 de las 30 funciones que dimos.
Todo esto ya ha ocurrido, y el anuncio de que en octubre de 2014, La Plaza ISIL estrenará, por primera vez en su historia, una obra peruana de autor (La cautiva, de Luis León, premiada el 2013) me hace proclamar que este 2013 que termina es el Año de la Dramaturgia Peruana, año que, obviamente, será sin duda superado por el 2014.
OTRAS OBRAS – Dúo, que reunipó en escena a los grandes Alberto Ísola y Gianfranco Brero. La buena nueva es que vuelve al Teatro Larco (Larco 1036, Miraflores) desde el 9 de enero.
- Padre nuestro, creación de Mariana de Althaus –estrenada en el CCPUCP– con los testimonios de Giovanni Ciccia, Gabriel Iglesias, Omar García y Diego López. Es tan buena que merece reposición.
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