Walter Vega (45) no recuerda a cuántos festivales de anime ha ido junto a su hija. Su memoria no le alcanza para recordarlos todos, pero sí guarda al detalle el primero: fue el OtakuFest en 2008. La niña tenía 10 años y su vida por ese entonces giraba alrededor de Fullmetal Alchemist y Death Note, dos animes que ya iban encaminando su gusto por estos dibujos. Para ella, ir a la convención era el inicio de una aventura. En cambio, para el papá la cuestión era diferente. Cumplía un par de décadas siguiendo todo acerca de la cultura pop japonesa y asistir al OtakuFest guardaba, además, una sensación especial: era también uno de los organizadores.
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FANÁTICOS Y ORGANIZADORES
Los otakus son las personas amantes de los animes y mangas, esa subcultura pop japonesa que poco a poco se insertó en nuestra normalidad. Meteoro, Evangelion, Pokémon, Robotech, Dragon Ball y Yu Yu Hakusho son algunos de los nombres que son capaces no solo de quitar seguidores al ratón de Disney o a los superhéroes de Marvel, sino de crear los más fieles adeptos.
Christian Rojas (54) es uno de ellos. Fueron Saber Marionette y Evangelion los animes que lo atrajeron de joven a este mundo donde la fantasía se eleva a niveles inimaginables. “Antes nos reuníamos en los Otakus No Tono”, recuerda –sonriendo– sobre las primeras fiestas de esta subcultura.
Christian y Walter son miembros de Proyecto Otaku, el grupo que nació en la década pasada con el fin de generar mayores espacios para los seguidores de los animes y mangas. Son también los organizadores del OtakuFest, el primer gran festival de este género, que llevó a cabo su primera edición en 2008 y que tenía la misión de reunir a esta comunidad.
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¿Qué lleva a una persona a organizar eventos de este tipo? Walter y Christian sonríen. “Disfrutamos lo que hacemos”, dicen sincronizados.
Walter agradece al anime haber creado los momentos para enamorar a su ahora esposa (pasaban tardes enteras viendo Supercampeones), mientras que Christian adora poner canciones de animaciones japonesas en las reuniones con sus amigos.
Tras resaltar lo difícil que puede resultar organizar un OtakuFest, señalan que poco a poco se van convirtiendo en uno de los eventos más importantes de la región. “Se vienen sorpresas en los próximos años”, prometen.
Por Pablo Vilcachagua (pablo.vilcachagua@peru21.com)
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