Estaba en el MALI una tarde de 1997, y de pronto escuché gritos y caos. Un evento académico, en el marco de la Bienal de Lima, se había convertido en una arma de doble filo. Una acción memorable que cuestionó la propia institucionalidad desde la institución.
Años después, asistí a la clausura de Terreno de Experiencia 1 (Sala Luis Miró Quesada Garland, 2001). Una joven se subió en la mesa y comenzó a leer libros en distintos idiomas, lamió sus páginas y se comió sus hojas. Mientras la mesa trastabilló, me dio una etiqueta que decía “My name is MANIPULADOR”.
Justamente, en la exposición Elena Tejada-Herrera. Videos de esta mujer: registros de performances 1997-2010 (Proyecto AMIL), la curadora Florencia Portocarrero propone una perspectiva histórica en 21 registros de acciones en el Perú y EE.UU.
En esta muestra, la curadora plantea el trabajo de Tejada-Herrera como una profunda inadaptación. Aquí, la performance es una herramienta feministamente radical.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.