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Perú: Hay 65,000 personas con VIH, pero solo la mitad tiene diagnóstico

Contagios de VIH/sida en el país son más frecuentes en varones jóvenes, de entre 15 y 25 años.

Guichín Gamarra vive con el virus desde 2007, pero se encuentra estable. (Rafael Cornejo)
Guichín Gamarra vive con el virus desde 2007, pero se encuentra estable. (Rafael Cornejo)

El VIH/sida no retrocede. Pese a los logros del Perú en la reducción de las muertes por el virus y el acceso cada vez más eficiente de los pacientes a los tratamientos con antirretrovirales, aún no se puede disminuir la tasa de transmisión de la enfermedad. Cada año hay nuevos casos y las personas que más contraen el virus son varones jóvenes, de entre 15 y 25 años, que tienen muchas parejas sexuales y no usan protección.

Según el Ministerio de Salud, hasta setiembre de este año se diagnosticaron 2,348 nuevos casos de VIH y 791 de sida, con lo cual la cifra acumulada de VIH y sida, desde 1983, aumentó a 54,611 y 32,221, respectivamente.

Sin embargo, Carlos Benites Villafane, coordinador de la Estrategia Sanitaria de Prevención y Control de ITS y VIH/sida del Ministerio de Salud (Minsa), dijo que se estima que hay 65 mil personas viviendo con el VIH en el Perú en estos días, pero solo la mitad tiene un diagnóstico. “El resto no se da cuenta. Dado que la enfermedad se mantiene sin síntomas por mucho tiempo, mucha gente vive sin saber que el mal avanza”, anotó.

Aunque la transmisión del virus de madre a hijo ha bajado al 2% y, en la actualidad, solo hay 500 niños en el Perú viviendo con VIH/sida, la transmisión por la vía sexual sigue siendo muy alta (97%) y se presenta mayormente en la población de Lima y Callao. Según datos oficiales, la epidemia se centraliza, sobre todo, en hombres con conductas de riesgo que tienen sexo con otros hombres sin protección.

TRATAMIENTO CON TRABAS
Benites indicó que el Ministerio de Salud invierte unos S/.200 millones para brindar el tratamiento gratuito a unas 28,000 personas afectadas con el VIH/sida, las cuales reciben el servicio de diagnóstico, monitoreo y medicación antirretroviral. Empero, señaló que la cobertura de tratamiento solo llega al 55% de los pacientes.

“Pero esto se debe a que no todos los que viven con VIH/sida necesitan medicación desde que descubren que tienen la enfermedad. En el Perú no hay ninguna persona que se quede sin tratamiento si lo necesita”, manifestó el médico.

Al respecto, Robinson Cabello, director ejecutivo de la ONG Vía Libre –que trabaja en el tema desde hace más de 20 años– señaló que existen ciertas deficiencias en la cadena de distribución de los medicamentos contra el VIH/sida a los centros de salud y las ONG que colaboran con el Minsa en la tarea de atender a las personas infectadas.

“Aunque la norma señala que los pacientes deben recibir las medicinas cada tres meses, últimamente hay mucho fraccionamiento en la entrega y amenazas de desabastecimiento. En estos momentos, las personas reciben sus medicamentos cada semana o cada dos días, y esto genera incertidumbre. Sospechamos que, debido a esto, ya hay algunos que dejan el tratamiento, lo cual es muy grave”, advirtió.

MEJORAS EN COMPRAS
En respuesta, Carmen Ponce, jefa de la Dirección de Abastecimiento de Recursos Estratégicos del Minsa, sostuvo que los problemas de distribución son aislados y suceden con frecuencia por el mal manejo de las autoridades regionales en la distribución, aunque a veces también “para prevenir un desabastecimiento y propiciar que los pacientes regresen para sus controles mensuales”.

No obstante, indicó que desde este año la compra de los insumos para el VIH/sida se hará en un proceso aparte. “Siempre comprábamos los medicamentos con una partida de unos 400 medicamentos más, pero este año vamos a agilizar la adquisición. Eso permitirá que los insumos lleguen este mismo año, pese a que tenemos abastecimiento hasta mayo de 2015”, indicó Ponce.


TESTIMONIO
Guichín Gamarra/ Portador del VIH
“Me enteré que tenía VIH en el año 2007, a los 27 años. Entonces, más que miedo, sentí rabia conmigo mismo porque me di cuenta de que era producto de mi irresponsabilidad. Ahora estoy tranquilo. No tomo medicamentos, soy lo que llaman un progresor lento y me lo tomo súper bien. En mi caso, el sistema estatal funcionó porque fui a la preconsejería y a la postconsejería, y allí los profesionales me ayudaron a asumir la enfermedad. No tuve miedo. Ellos me transmitieron seguridad. Ahora no me siento diferente; sé que tengo una condición crónica que tengo que cuidar y así lo estoy haciendo. Yo doy la cara porque el VIH tiene cara y cuerpo y no discrimina, y creo que la gente debe estar informada”.

Por Mariella Sausa (msausa@peru21.com)


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