La Policía Nacional desbarató una fábrica de huellas digitales, ubicada en la urbanización Matazango, en La Molina, que era usada para realizar actos ilícitos, según informó América TV.
La División de Estafas de la Dirincri intervino al cabecilla de la banda, Manuel Pacheco Vargas, quien se dedicaba a fabricar huellas de personas en láminas.
“Esto es pegado en los suplantadores. Cuando ellos usan la máquina pasa como si fuera la persona que va al examen”, explicó el comandante Eduardo Hilario, jefe de la división de estafas de la Dirincri.
Los postulantes cómplices del delito estaban dispuestos a pagar más de US$$4,000 con el fin de ingresar a la facultad de Medicina de la universidad Federico Villarreal.
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— Diario Perú21 (@peru21noticias) 6 de abril de 2017
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