Shirley Avila
lavila@perú21.com
Diez horas de terror. Acababa de salir de una alegre reunión familiar pero, en pocos minutos, la felicidad de la ingeniera civil Vanessa Susana García Cárdenas (27) se transformó en una terrible pesadilla. Ella abordó un taxi y sabía que debía tomar todas las precauciones. Sin embargo, el hábil conductor se ganó su confianza y bastaron unos segundos para que la redujera, la privara de su libertad y la despojara de los ahorros de su vida: 36 mil soles.
Así, esta joven profesional se convirtió en una víctima más de los taxistas secuestradores que acechan Lima y que, en estos días, incrementan su accionar en forma alarmante.
En el caso de la ingeniera, fue la amable apariencia del taxista lo que, por minutos, la hizo olvidar que podía estar frente a una grave amenaza. Todo comenzó minutos después de la medianoche del pasado 27 de octubre.
Vanessa García salió de la casa de un familiar en la urbanización Santa Patricia, en La Molina. Abordó una camioneta station wagon con destino a su domicilio, en San Borja. Ocupó el asiento detrás del piloto y se mantuvo alerta en todo momento.
Apenas el vehículo avanzó unas cuadras, el conductor le pidió permiso para ingresar a un grifo y abastecerse de combustible. Ella dudó por unos segundos, pero accedió.
Después retomaron el recorrido. La joven había notado que el conductor era muy respetuoso, así que eso la tranquilizó. A pocas cuadras, el chofer le solicitó permiso nuevamente, esta vez para comprar unos cigarros. No tardó nada y le ofreció “mil disculpas”. Le prometió que la llevaría rápidamente a su destino.
Minutos después, el falso taxista le dijo que iba a ingresar a otro grifo con la excusa de que a la llanta posterior de su carro le faltaba aire. Así, se desvío de la ruta y, en una zona oscura, sacó su arma: un desarmador.
De pronto, Vanessa se vio amenazada con la herramienta, que parecía penetrar su piel ante un mínimo movimiento. Ella estaba aterrada y le pedía al delincuente que no le hiciera daño. Esto solo era el inicio de la terrible y amarga experiencia de un secuestro.
El asaltante le arrebató su bolso y encontró sus tarjetas bancarias. Bajo amenaza de muerte, le ordenó que le dijera cuánto dinero tenía. La víctima se resistía a hablar, por lo que fue golpeada brutalmente.
Luego, el maleante la llevó a un cajero automático en La Molina. Para no levantar sospechas, fingió que era su enamorado y la obligó a retirar 500 soles, monto permitido a esa hora. Al revisar el voucher, descubrió que la joven tenía 36 mil soles en su cuenta.
Entonces, decidió retenerla el tiempo necesario para robarle todo su dinero. La llevó hasta un paraje desolado en Ate Vitarte y la retuvo durante 10 horas. Por la mañana, y bajo amenaza de muerte, la instruyó para que sacara la plata. Le advirtió que si hacía un movimiento en falso en el banco, la buscaría para matarla. Es así que la profesional retiró 30 mil soles, mientras el hampón la esperaba en la puerta sin perderla de vista.
Posteriormente, la condujo hasta otra agencia, en Damasco, en La Molina, de donde la obligó a retirar 6 mil soles. A las 10:00 de la mañana, Vanessa García volvió a la vida. El criminal la dejó en libertad.
‘LA CONFIANZA’
Esta modalidad ha sido denominada por la Policía como ‘la confianza’. “Consiste en que el asaltante trabaja psicológicamente a su víctima para sorprenderla en el momento oportuno y no le da tiempo a reaccionar”, explicó a Perú21 el jefe de la División de Investigación de Secuestros (Divise), coronel Víctor Gonzales Silva.
Debido a que ya había denuncias anteriores por hechos similares, los agentes antisecuestros ya manejaban información de quién podría estar detrás de este nuevo plagio ‘al paso’.
Es así que, un mes después de una minuciosa investigación, el falso taxista del desarmador fue atrapado. Se trataba de Leve Quispe Cuba (29), quien –por increíble que parezca– se encontraba con libertad condicional desde hacía tres años.
Él había purgado condena en el penal de Lurigancho desde el año 2006, luego de que asesinara a su hermano.
Según la Policía, el falso taxista sería autor de una decena de secuestros ‘al paso’ en agravio de mujeres. Fue apresado en las inmediaciones de su domicilio, en el asentamiento humano Las Américas, en Ate Vitarte.
Tres de sus últimas víctimas ya lo han reconocido en la referida unidad policial. Todas abordaron el servicio de taxi en el distrito de La Molina y fueron abandonadas en Ate Vitarte.
MÁS BUSCADOS
Pero Quispe Cuba no es el único taxista secuestrador que opera en la capital. Lo que es peor, en las últimas semanas se ha incrementado este tipo de asaltos en diferentes distritos.
La Policía Antisecuestros, que se mantiene alerta para prevenir nuevos plagios ‘al paso’, ha iniciado la búsqueda de los prontuariados delincuentes que estarían tras hechos similares.
Ellos son José Fernando Gereda Quiroz (39), (a) ‘Gordo Pepe’; su hermano Martín Gustavo (28), (a) ‘Martín’; José Carlos Mendoza Vargas (26), (a) ‘Calavera’, y Jorge Luis Verástegui Hernández, (a) ‘Hincha’ o ‘Martirio’.
Estos malhechores figuran en los atestados policiales como no habidos y es necesario que las personas presten mucha atención a sus rostros para no caer en sus garras (ver fotografías). Ellos suelen emplear vehículos alquilados que no registran ningún problema policial, para no llamar la atención de las autoridades.
Cabe precisar que, de acuerdo con las estadísticas de la Divise, de enero a octubre del presente año se han recibido 82 denuncias de secuestros ‘al paso’, la mayoría con la modalidad del falso taxista. De esa cifra, 44 casos han sido resueltos.
RECOMENDACIONES
- No debe llevar consigo sus tarjetas de crédito o de ahorros todos los días, a excepción del momento en el que las va a utilizar.
- Al abordar el servicio de taxi, es mejor que lo acompañe un amigo o familiar para que apunte la placa del carro y vea las características físicas del conductor.
- El pasajero debe ocupar el asiento detrás del conductor y observar bien el físico del taxista. Además, debe mantener una actitud alerta de cada movimiento del chofer.
- Comunicar a sus familiares que ya está en camino para que calculen la llegada a su destino. Si es posible, debe enviar –a través de un mensaje de texto de celular– la placa y las características del auto en el que está viajando.
- Debe tener el celular en la mano con el número de algún pariente o amigo y listo para marcar en caso de que se suscite algún peligro contra su libertad. Así podrá actuar rápidamente.
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