Interminables colas que, en el mejor de los casos, sirven para conseguir una cita médica dentro de tres o cinco meses y, en otros, para recoger solo la mitad de los fármacos recetados. Pacientes que –por la falta de camas– son atendidos en los pasadizos, los mismos que lucen invadidos por conexiones eléctricas peligrosas y cajas de medicinas apiladas.
Este es el dramático panorama que se vive en diversos hospitales de Essalud de la capital. Si bien las autoridades del Seguro Social han emprendido reformas importantes, el malestar en el público persiste por la mala atención.
Perú21 recorrió varios nosocomios y comprobó que el común denominador es el hacinamiento y la falta de medicinas. Por ejemplo, la atención en el Guillermo Almenara, en la Av. Grau, literalmente ha colapsado por la cantidad de asegurados que se atienden ahí.
A diario, miles de pacientes están condenados a esperar por más de dos horas para ser atendidos. Las áreas más congestionadas son Ortopedia, Traumatología y Trasplante, ubicadas en el primer piso.
Sin embargo, es el sótano –donde también hay consultorios– el lugar más peligroso. Ahí, las conexiones eléctricas (entubadas) atraviesan por el techo y podrían hacer contacto con las cajas de medicinas que también se almacenan en ese estrecho lugar.
MALA ATENCIÓN
El hospital Alberto Sabogal, en el Callao, también está ahogado de pacientes. Aquí, áreas como Emergencias y Hospitalización simplemente están repletas y el mismo personal médico no se da abasto.
La demora en la atención lleva a los pacientes al extremo de dormir en las áreas verdes y veredas a la espera de su turno. Sumado a ello, Perú21 advirtió que algunas instalaciones no cuentan con las mínimas medidas de salubridad. Por ejemplo, en el ambiente de Emergencia Tópica se realizan obras de cambio de tuberías, al mismo tiempo que los pacientes esperan ser atendidos en sus sillas de ruedas.
Pese a estas deficiencias, el Sabogal ha sido designado como hospital nacional, es decir, de mayor capacidad. Solo este establecimiento tiene adscritos a un millón 522 mil asegurados y derechohabientes.
Del mismo modo, las quejas no son ajenas en este nosocomio. “Sufro de una hernia en el corazón y, a través del sistema de citas por teléfono, me dijeron que debía ser operado, sin que antes me practicaran algún análisis. Mi hija vino a reclamar. O si no, ¿me matan?”, expresó Juan Rondón, de 75 años.
ATIENDEN EN PASADIZOS
Sin embargo, una situación aún más alarmante se vive en el Edgardo Rebagliati. Aquí, las instalaciones de hospitalización han quedado reducidas y, por eso, los pacientes tienen que ser atendidos en los pasadizos.
No importa la edad: niños, adultos y adultos mayores reciben este tipo de atención ‘ambulatoria’, lo cual obstruye el tránsito de las personas y hasta de los pacientes que deben ser llevados a diferentes ambientes.
Los consultorios también lucen repletos de público que llega desde las primeras horas de la mañana para intentar ‘ganar turno’.
“Mi esposo está mal y tiene que verlo el neumólogo. Pero aquí, en el Rebagliati, le han programado la cita para el próximo 2 de agosto. Es decir, si le da una bronconeumonía antes de su cita, simplemente se muere, y eso no le importa a nadie en este hospital. Además, cuando las medicinas son caras, no las entregan”, se quejó Teresa Flores de Silva.
Otros hospitales saturados son Angamos, Grau, así como los ubicados en Ate Vitarte, Comas, San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores y otros distritos.
SE PRESTAN JERINGAS
Según Vidalina Leiva, secretaria general del Gremio de Enfermeras de Essalud, el sistema de emergencias del Seguro Social ha colapsado.
“Tenemos una mala infraestructura y no hay suficiente personal médico y asistencial. Lo más grave es que trabajamos sin equipamiento: tenemos que prestarnos jeringas, agujas, guantes quirúrgicos, aseptil rojo, entre otros productos, de un hospital a otro, debido a que hay desabastecimiento y demoras en las compras”, afirmó.
No obstante, expresó su confianza en que esta situación cambiará durante la administración de la doctora Virginia Baffigo, actual presidenta de Essalud.
MILES DE QUEJAS
- Una forma de medir el descontento en los hospitales de Essalud son las quejas de los pacientes. Solo en lo que va del año, más de 52 mil reclamos se han interpuesto ante la Defensoría del Asegurado de esta institución.
- Las quejas más frecuentes se dan por la programación de citas, la entrega de medicamentos, los problemas en las atenciones médicas, así como los retrasos en las prestaciones de salud.
- Todo reclamo puede ser expuesto al correo electrónico emergencias7×24@essalud.gob. Los mismos parientes tienen derecho a expresar su malestar.
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