Mariella Sausa
Las lluvias registradas en las últimas semanas que marcaron récords históricos en la costa peruana y causaron huaicos e inundaciones de gran magnitud podrían volver a repetirse en los próximos años y afectar la provisión de agua y energía, así como la seguridad alimentaria de las ciudades costeras.
La advertencia fue hecha por Patricia León-Melgar, representante de WWF Perú, quien dijo que, aunque científicamente el fenómeno El Niño costero no se puede atribuir al cambio climático, existe una relación grande.
“Lo cierto es que el calentamiento de la masa de agua fue extremo y sorprendió a todos, y no sabemos si el próximo año se va a repetir o si será en dos años. Pero lo que los hechos han revelado es que el Perú no está preparado para afrontar los impactos que podría ocasionar el cambio climático en el territorio peruano”, anotó.
León-Melgar refirió que en un escenario de cambio climático con fenómenos meteorológicos extremos, carreteras bloqueadas y escasez de agua por huaicos e inundaciones, Lima quedaría aislada y sin alimentos de primera necesidad.
CAMBIO CLIMÁTICO LLEGÓ
La representante de WWF Perú sostuvo que el país ya sufre desde hace 10 años los efectos del cambio climático y, aunque en la costa aún no se sienten mucho, en la sierra los ciclos de lluvias ya se han alterado y los agricultores ya no saben cuándo cosechar. Además, mientras en el Altiplano, las heladas cada vez son más frecuentes y obligan a los pobladores a probar nuevas especies, la nieve de los glaciares sigue retrocediendo.
“El Perú tenía el 70% de los glaciares tropicales del mundo, pero en la última conferencia de Bogotá se informó que el 63% de estos ya están en recesión. Además se calcula que en 10 años el nevado Huascarán ya no tendrá nieve”, advirtió.
Según explicó, esta situación se debería a que la temperatura promedio del planeta, que es de 15 grados, poco a poco está llegando a 16. “Aunque no lo parece, ese pequeño cambio de temperatura provoca una serie de cambios en la tierra, como más intensidad en los fenómenos naturales y mayor frecuencia, así como menor capacidad de predicción, tal como ocurrió esta vez con El Niño costero”, manifestó León-Melgar.
LO QUE SE VIENE
Gustavo de la Cruz, ingeniero del Senamhi, indicó que, de acuerdo al IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) –entidad que estudia el cambio climático en el mundo–, el Perú, por su ubicación en la zona tropical y los microclimas que presenta, está entre los tres países más vulnerables a sufrir los efectos del cambio climático.
En ese sentido, señaló que estudios del Senamhi ya han encontrado un aumento de temperaturas de hasta dos y tres grados en zonas andinas durante los últimos 50 años y hay una fuerte tendencia a que esto siga. En el caso de las lluvias se ha identificado mucha variabilidad, pero los estudios indican que en la costa norte habrá un aumento importante de precipitaciones.
“Hay proyecciones de que para el 2050 habrá un aumento de la humedad y lluvias fuertes para Piura y Tumbes. No se descarta que en el futuro, por el aumento de las temperaturas y la humedad, los fenómenos El Niño sean más intensos y eso requiere preparación”, advirtió De la Cruz.
A diferencia de ello, la selva presentará una situación de sequía. Los estudios revelan una tendencia a que las lluvias disminuyan. “De hecho ya se están registrando menos lluvias y eso se intensificará en los próximos 50 años, haciendo que los bosques pasen a un proceso de sabanización, con suelos menos aptos para la vegetación”, dijo el especialista.
Lima no será ajena al cambio climático. En la ciudad que concentra la mayor cantidad de población y es la zona más seca del país, la reducción de los glaciares de la sierra central causará un déficit hídrico.
“Somos más vulnerables que el resto del mundo, tenemos una fragilidad inmensa, pero no hemos prevenido para nada este tema. El Perú no está preparado en lo absoluto para el cambio climático. Hay buenas intenciones lideradas por el Ministerio del Ambiente, pero faltan políticas públicas transversales y sectoriales”, aseveró León-Melgar.
¿QUE SE ESTÁ HACIENDO?
Al respecto, Fernando León Morales, viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, del Ministerio del Ambiente (Minam) refirió que, aunque el Perú es un país vulnerable a eventos climáticos extremos, los desastres no son naturales y ocurren por las deficiencias en el asentamiento poblacional y por no tomar en cuenta la zonificación ecológico económica y la vulnerabilidad de los territorios a los desastres.
Señaló que existen instrumentos para prevenir estas situaciones que no se han aplicado a nivel regional y local y hace falta que las autoridades incorporen a la planificación.
Con el fin de superar estas dificultades, refirió que 13 sectores del Ejecutivo se han unido en un grupo multisectorial para, en un plazo de 18 meses, identificar y validar 100 medidas, las cuales se aplicarán para la adaptación al cambio climático en sectores como salud, agua, agricultura, etc.
Otro tema en el que se va a trabajar, dijo, es en la gestión de residuos sólidos a través de un programa nacional de rellenos sanitarios, para construir botaderos que no estén expuestos a riesgo de desastres.
“Este tipo de clima nos va a acompañar de ahora en adelante. Ya no lo debemos ver como un fenómeno sino como algo que estará con nosotros y que requiere acciones de adaptación”, manifestó.
Por ello, el viceministro indicó que también toca trabajar en la gestión de riesgos, en ciudades sostenibles, en la reconstrucción segura y en combinar la ingeniería con los conocimientos tradicionales de poblaciones ancestrales que se asentaron en zonas de lluvias y huaicos y, pese a los años, no han sufrido daños.
tenga en cuenta
- El experto en Meteorología Abraham Levy indicó que aún no hay casuística para vincular el fenómeno El Niño costero con el calentamiento global.
- Explicó que la Oscilación Decadal del Pacífico es un patrón climático que en su fase positiva acelera el calentamiento de la tierra y causa mayor recurrencia de El Niño costero.
- Después de años sin El Niño, el planeta entraría otra vez a esa fase positiva.
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