Esteban Acuña
@estebanbigotes
La primera pregunta que surge cuando una empresa privada anuncia públicamente su apoyo a la comunidad LGBT —o inicia una campaña por la ‘igualdad’, o le dice ‘no a la homofobia‘— es si se trata de una acción oportunista o de un apoyo genuino a la causa.
En 2015, justo después de que la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos falló a favor del matrimonio homosexual, algunas importantes marcas peruanas como BCP, Bembos, Inca Kola se manifestaron por primera vez a favor de la igualdad y la no discriminación.
El resultado de este ejercicio de espontaneidad en las redes sociales fue una larga lista de comentarios en contra de la iniciativa, y otros directamente homofóbicos. ¿Por qué resultaría conveniente para una empresa privada manifestar públicamente su posición en una sociedad tan conservadora como la peruana?
Para Milton Vela, presidente de Café Taipá —consultora de marketing y reputación digital— la mayoría de las empresas que realizaron esta declaración de principios fue, a primera vista, una jugada oportunista, porque más allá del mensaje no tenían una estrategia de inclusión a la comunidad LGBT. Es decir, solo se aprovecharon de la coyuntura.
Si revisamos el caso de BCP, el año pasado se manifestó a favor del matrimonio igualitario y cambió su logo por los colores de la bandera gay. Además, su CM (community manager) se ocupó de responder uno a uno todas los comentarios que recibían, a favor o en contra (sobre todo en contra).
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