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El 78% de mujeres que dan a luz en Perú tienen estado civil de conviviente

Solo un 9% estaban casadas, indicó el Ministerio de Salud. Cifras muestran fragilidad de familias, según expertos.

Mayormente el estado civil de las gestantes es de conviviente. (USI/Referencial)
Mayormente el estado civil de las gestantes es de conviviente. (USI/Referencial)

El 78% de las madres que alumbraron en hospitales públicos y clínicas del Perú entre enero y octubre de 2013 tenía el estado civil de conviviente, frente al 9% de mujeres cuyo estado civil era casada, reveló un estudio del Ministerio de Salud (Minsa).

Esta información se obtuvo gracias al Sistema de Registro del Certificado del Recién Nacido Vivo, implementado en 210 establecimientos de salud del país, el 91% de los cuales son públicos (Minsa, Essalud, Fuerzas Armadas) y el 8% privados.

En el periodo mencionado también dieron a luz madres solteras, que representaron el 12.26%; mujeres con el estado civil de separadas, 0.23%; viudas y divorciadas 0.04%.

Las cifras, en todos los estados civiles mencionados, son casi iguales que el año anterior, según el registro de marzo a diciembre de 2012: conviviente (76.85), soltera (13.4%), casada (9.49%), separada (0.18%) y divorciada (0.04%).

FRAGILIDAD EN LAS FAMILIAS
Para el especialista en políticas sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Carlos Eduardo Aramburú, el elevado número de mujeres que alumbra en estado civil de conviviente muestra el grado de fragilidad y vulnerabilidad de las familias, y evidencia que la convivencia está creciendo a causa de la autonomía de las mujeres.

“Hoy, ellas trabajan más y son independientes económicamente, incluso respecto a su maternidad. El problema es que si la convivencia está asociada a la pobreza puede provocar condiciones de fragilidad en las familias”, explica.

El experto comentó que un aspecto negativo de la convivencia es que afecta más a las mujeres y a los hijos, pues si se enferma la mamá y deja de trabajar, tomando en cuenta que la tasa de informalidad laboral es mayor en las mujeres, los menores serán los perjudicados por esa situación.

“Más difícil todavía será para una mujer discapacitada, pero también puede ser una amenaza para los menores, pues el compromiso mutuo de la pareja es más débil”, precisó.

Por ese motivo, Aramburú propuso que las políticas sociales consideren el criterio de vulnerabilidad asociado a la realidad de la convivencia, pues en caso de separación, la situación del padre o madre se vuelve más precaria si la pareja no asume sus responsabilidades porque no existe ningún compromiso legal.

“La mayoría son mujeres y están en situación de mayor riesgo porque ellas son las que asumen la doble carga de criar al niño y orientarlo, pues los hombres no participan. Ellas tienen más trabajo y menos dinero”.

También propone la realización de un estudio a nivel nacional que muestre cuál es la realidad de la convivencia en el país, y se conozca de una vez si influye o no en las parejas al momento de asumir sus responsabilidades cuando son padres de familia.

“El Estado no puede prohibir la convivencia, pero tiene que conocer esa realidad para diseñar políticas en base a evidencia científica. Aún no hay estudios sobre las familias en el país”, puntualizó

LA CONVIVENCIA SE TRIPLICÓ
Según el experto, en el Perú el porcentaje de convivencia de mujeres jóvenes menores de 40 años se ha triplicado en la última década. Este grupo de féminas tiene pareja, pero no está casada ni por lo civil ni religioso.


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