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¿Eres un soltero por convicción?

Tener relaciones amorosas sólidas y duraderas no es una prioridad para muchos. ¿Qué ventajas y desventajas hay en no tener un compromiso?

Hay adultos que no hallan espacio para el amor romántico en sus agendas. (USI)
Hay adultos que no hallan espacio para el amor romántico en sus agendas. (USI)

El amor es una de las grandes fuerzas que mueven al ser humano. Lo impulsan a conquistar a un desconocido, a demostrar los límites de su motivación, a trazarse metas en la vida. ¿El amor a primera vista no es algo que, simplemente, ocurre y sin saber cómo? ¿Quién no ha hecho locuras de amor alguna vez? ¿Cuántos no han deseado conocer a la “persona ideal” para formar una familia y envejecer juntos?

No todos piensan así. Conducidos por diversos motivos, hay adultos que no hallan espacio para el amor romántico en sus agendas ni en sus brújulas sentimentales.

Soledad voluntaria
“Qué aburrido es enamorarse”, sentencia Mario (28). “Después de varios fracasos en el amor, entendí que lo mejor para mí era no tener compromisos serios. No me siento solo. Estoy cómodo con el cariño de mis amigos, mis padres y mi mascota, un fiel Yorkshire terrier. Eso no quita que tenga salidas eventuales con alguna chica que me guste”, confiesa.

“Creo que estamos mal educados por los productos culturales de Hollywood y las novelas latinoamericanas”, explica Ana Carolina (30). “Hay chicas de mi edad que aún creen en los grandes amores de película, como el de ‘Diario de una pasión’. ¡No todas podemos tener un Ryan Gosling! Las relaciones románticas en la vida real son difíciles, extrañas y hasta nocivas. Prefiero estar sola que, como dice el dicho, mal acompañada”, agrega.

“No me parece que debas enamorarte solo porque ‘así tiene que ser’”, dice Gabriel Antonio (35). “A mi edad, varios amigos ya se han casado y tienen hijos. Me preguntan cuándo haré lo mismo y yo les digo que nunca. ¿Si me siento bien con mi forma de pensar? ¡Por supuesto!”, afirma.

¿Miedo o sana decisión?
El poco interés en comprometerse con otra persona puede ser una manifestación, en muchos casos, del miedo a sufrir. El contacto con la persona con que uno sale –“saliente”, término que usa la juventud de hoy– no echa raíces a fin de evitar que el corazón les sea arrancado.

“Viví mis treintas con el temor creciente a no encontrar jamás a un compañero”, escribió Sara Eckel en la sección Modern Love del New York Times en enero de este año. “Mi ansiedad no solamente era sobre envejecer y volverme menos deseable en esta cultura obsesionada con la juventud. Estaba preocupada también porque mis años como soltera podrían convertirme en una mujer demasiado melindrosa e insular como para estar en una relación para toda la vida”.

La columna de Eckel habla sobre el haber hallado, contra todo pronóstico, a una persona con la que sí sentía que podía vivir para siempre. “Así como hay solteros que mueren en su ley, hay solteros que cambian de rumbo y descubren la necesidad de estar acompañados. Ambos caminos son válidos”, dice Luana (29), psicóloga que solía pensar como Mario, Ana Carolina y Gabriel Antonio, pero que hace poco se casó. “Cuando llega el amor, uno es capaz de abandonar dogmas”, dice.

DATO

- No querer formalizar una relación puede causar malos entendidos. En una relación abierta, por ejemplo, en la que uno quiere ir un paso más allá, pero el otro no, lo saludable es que ambos tengan las cosas claras.


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