Una nueva tendencia sexual ha tomado por asalto las redes sociales. Se llama “slow sex” (sexo lento) y varios portales de noticias lo ofrecen como una práctica que revolucionará la forma de amar.
¿En qué consiste? Según Walter Ghedin, el experto que supuestamente ha formulado esta técnica, la idea es que la pareja tome las cosas con calma a la hora de tener relaciones sexuales. Que invierta tiempo en los previos, las caricias, la comunicación, que no se apresure en llegar al orgasmo. No es sexo tántrico, ojo, pero sí una propuesta para desacelerarse.
¿Lo que ofrece Ghedin es original y revolucionario? Para nada. De hecho, lo que plantea es una receta que cualquier pareja debería seguir, solo que con una nueva etiqueta.
Rescatable es, sin duda, que se ponga sobre el tapete una problemática común: la falta de una vida sexual óptima en las parejas. El estrés y las exigencias laborales son factores que afectan la calidad del sexo. No importa si lo dice Ghedin o Twitter: hay que dedicar tiempo a la pareja.
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