¿QUÉ ES?
Según la Organización Mundial de la Salud, el asma es un mal crónico que “se caracteriza por ataques recurrentes de disnea (falta de aire) y sibilancias (silbido involuntario durante la respiración), que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra”. Se suele presentar mediante ataques.
Los bronquios se inflaman e impiden que el aire circule hacia los pulmones. La intensidad del ataque es variable. En casos extremos, la persona puede morir.
¿CÓMO SE ADQUIERE?
No se sabe con exactitud cuáles son las causas del asma. Al parecer, el factor genético es muy influyente. Pero lo cierto es que los factores externos también lo son.
Contaminación ambiental, polvo, caspa de las mascotas, ácaros, humo de tabaco, polen, frío, cambios emotivos intensos, ciertos fármacos, ejercicio físico, entre otros, suelen ser los principales disparadores para desarrollar asma.
¿SE PUEDE PREVENIR?
La prevención consiste en mantenerse lo más lejos posible de los factores disparadores. Asimismo, vale la pena que las personas con síntomas sospechosos pasen por una consulta médica a fin de diagnosticarle la enfermedad o descartarla.
En el caso de aquellos que ya desarrollaron asma, conviene que sigan un tratamiento y se sometan a un monitoreo periódico.
¿HAY CURA?
No hay cura, lamentablemente. Solo se puede seguir un tratamiento, el cual incluye fármacos y cambios en los hábitos de vida.
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