Recientemente legalizada en Uruguay, la marihuana tiene tantas personas a favor como en contra de su consumo. Revisa aquí los argumentos que esgrimen cada uno de estos bandos.
A FAVOR
Según la Asociación Internacional para la Medicina Cannabinoide.
1. La marihuana puede ser efectiva en el tratamiento de las náuseas y los vómitos, por lo que en los países en los que ha sido legalizada, es frecuentemente recetada a pacientes que sufren de trastornos alimenticios, como la anorexia, bulimia o caquexia.
2. Pruebas clínicas han demostrado un efecto beneficioso en el tratamiento del dolor, especialmente en personas con trastornos motores del sistema nervioso, causados por enfermedades como la esclerosis múltiple y lesiones de la médula espinal.
3. Dichas propiedades analgésicas también han sido indicadas para pacientes con daños en el plexo braquial, infecciones por VIH, artritis reumatoide, cáncer, dismenorrea, inflamación crónica intestinal y neuralgias.
4. Entre otras de las enfermedades a las que la marihuana le podría ofrecer un beneficio terapéutico, se encuentran el Síndrome de Tourette, el asma, el glaucoma, la epilepsia, el alzheimer, y demás enfermedades autoinmunes, inflamatorias y alérgicas.
EN CONTRA
Según el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de los Estados Unidos.
1. Entre las consecuencias negativas del consumo de marihuana se encontrarían el deterioro de la memoria a corto plazo, la atención, el juicio, la coordinación, el equilibrio y otras funciones cognitivas.
2. Además, durante la intoxicación podría presentarse un aumento en ritmo cardíaco, muy negativo para el corazón. También existe la posibilidad de que se presenten episodios psicóticos en el consumidor tras haber consumido la droga.
3. La marihuana también podría deteriorar la memoria a largo plazo y las habilidades para el aprendizaje. De consumirse con frecuencia, podría generar episodios de insomnio, deterioro en el ciclo del sueño, tos crónica y bronquitis.
4. A largo plazo puede generar una adicción psicológica y un aumento en el riesgo de la esquizofrenia en personas que son susceptibles a la misma. También se considera que puede aumentar la depresión, ansiedad y el síndrome amotivacional.
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