José María Ponce: "Las bailarinas descalzas de marinera me excitan"

Todo lo que sé de porno se lo debo a José María Ponce. Él ha sido la persona más importante que la industria del entretenimiento para adultos ha tenido en España. Mítico primer director del popular Festival Erótico de Barcelona y de las primeras películas hardcore españolas protagonizadas por su expareja María Bianco, a su sombra han crecido gigantes del sector como Nacho Vidal o Torbe. Hoy nos pone al día de cómo anda de salud la pornografía mundial y nos anima a que el Perú construya su propio panorama audiovisual X.

¿Cuál es el presente de José María Ponce?
Soy director de Comunicación de un festival online de clips y fotos con teléfono móvil. World Mobile Erotic Media Festival, así se llama.

¿Y cuál es el presente de la industria X en el mundo?
El cine X, como género cinematográfico, ha muerto, pero la industria del sector adulto sigue viva y creo que bien.

LA ÉPOCA DORADA DEL PORNO ESPAÑOL

¿Y el porno español? ¿Hay vida después de Nacho Vidal?
Nacho ha trascendido el factor de actor porno para convertirse en un fenómeno mediático. Nunca antes un personaje del mundo erótico había sido portada en revistas del corazón o protagonista en televisión “prime time”. Supongo que esa fama desbordada servirá de acicate para muchos jóvenes.

¿Cuál es tu relación con Nacho hoy?
Magnífica, como siempre. Aún me llama “papi”. En lo personal, Nacho es un tipo fantástico, que no se olvida de los amigos ni, mucho menos, de quienes le han ayudado en su carrera.

Dirigiste seis años el Festival Erótico de Barcelona. ¿Qué pudiste aportar a ese legendario evento?
Le di un discurso que faltaba: el del porno como cultura. La proyección mediática fue enorme. Al festival venían los telediarios y los programas especializados en cine. No olvidemos que Luis García Berlanga era el presidente de honor y que la presencia de gente de la cultura era habitual. Mientras la sociedad despreciaba el género, los profesionales lo valoraban.

EROTISMO Y SADOMASO

¿Cuál es tu visión ahora de aquella época en que rompiste los tabúes del cine español con tus películas hardcore?
Aunque parezca una contradicción, siempre he pensado que al porno le faltaba erotismo y le sobraba sexo demasiado mecánico. Pero, ojo, que sea erótico no quiere decir que no haya sexo real.

También fuiste un pionero en el sadomasoquismo español. ¿Sigues manteniendo un corazoncito SM o ya lo has domesticado un poco?
No. Esas cosas nunca las domestico del todo. Mantengo amigos en el tema y colaboro con ellos siempre que puedo, sobre todo en los aspectos más creativos (fotografía, performances…).

Nos iniciaste con mucha generosidad y buen gusto a toda una generación de pequeños perversos.
Creo que una parte de mi éxito estuvo en saber elegir a mis colaboradores. Nunca quise ser padre y ya ves: “Padre del porno, del bdsm, del festival…”. Pero, para mí, es un orgullo que esos pequeños perversos hayan crecido y sean personas determinantes en el mundo de la cultura. No me equivoqué.

LATINOAMÉRICA X

Hablando de cine porno, ¿qué hay del porno latino?
Asignatura pendiente. Viví un tiempo en Brasil e investigué un poco en las “pornochanchadas” que hacían en Sao Paulo. Conozco algo también del porno argentino y he participado en algún documental sobre el tema, pero de porno peruano no conozco nada.

¿Cuál sería tu consejo para iniciarse en la industria?
Mi consejo es sencillo: la imaginación (sexual y creativa) al poder. La gente joven tiene mucho que decir. En el festival online en el que trabajo ahora estaremos encantados de recibir material peruano de última generación. Por suerte, lo de la producción hoy día es fácil: ahora basta con un teléfono.

¿Es cierto que te excita el baile tradicional de la marinera norteña?
Sí, es cierto. Tengo un amigo peruano que manda videos y fotos de marinera norteña. Conocí a una chica peruana que bailaba marinera y le estuve haciendo fotos por Madrid. Me gusta ese baile de cortejo y seducción, pero, sobre todo, me gusta que las chicas bailen descalzas. Las mujeres descalzas me gustan mucho.

Por: Hernán Migoya (sexo21@peru21.com)