Se le denomina “hambre oculta” a la deficiencia de micronutrientes, un mal que afecta a más de 2 mil millones de personas a nivel mundial.
¿En qué consiste? Básicamente, en no recibir la dosis apropiada de vitaminas, minerales, oligoelementos, entre otros nutrientes esenciales para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. Esta deficiencia se traduce en diversos problemas, sobre todo en niños menores de cinco años. Es por ello que se recomienda no descuidar el consumo equilibrado de glucosa, fósforo, hierro, zinc, yodo, omega 3, vitamina A, vitaminas del complejo B y potasio.
En caso sea necesario, el consumo de suplementos ayuda a reforzar la carga nutricional, siempre y cuando sea recomendado por un médico.
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