La gastritis consiste en la inflamación de las paredes internas del estómago. Dicha inflamación se produce por el consumo de determinados alimentos, el mal uso de ciertos medicamentos o, incluso, la presencia de la bacteria Helicobacter pylori.
Según Pedro Larrea, gastroenterólogo de la Clínica Internacional, este mal se divide en dos tipos. La gastritis aguda, por un lado, se produce en cuestión de horas o días, principalmente por elementos que dañan la mucosa del estómago, tales como infecciones, consumo de antiinflamatorios, estrés, entre otros.
La gastritis crónica, en cambio, suele tener un desarrollo más prolongado. Los síntomas varían en cada paciente, pero lo más común es: dolor en la boca del estómago, ardor en el abdomen, hinchazón del vientre, eructos constantes, sensación de llenarse rápidamente, náuseas, vómitos, entre otros.
ACCIONES A TOMAR
Además de estas molestias, el gran riesgo de la gastritis radica en que puede desarrollarse hasta devenir en una úlcera o, peor aun, en cáncer de estómago. Por ello, si la persona presenta los síntomas mencionados, debe acudir al gastroenterólogo para someterse a los análisis pertinentes. Por suerte, es una enfermedad que puede tratarse mediante fármacos, cambios en los hábitos alimenticios y otras medidas que sugiera el médico.
Asimismo, la labor de prevención también resulta clave. En tal sentido, Larrea recomienda seguir una dieta balanceada, evitar el consumo excesivo de alcohol, café y condimentos fuertes, tener cuidado con el uso de analgésicos o antiinflamatorios, manejar apropiadamente el estrés, entre otras pautas.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.