Ramiro se siente solo. Tiene 28 años, un buen puesto en una revista y un capital ahorrado para renunciar en cualquier momento y poner su propia empresa culinaria. Pero se siente solo. De qué sirve lo material si no hay una persona con quien ir al cine de la mano o para juntar los cachetes y tomarse fotos para subirlas al Facebook. Ramiro no tiene enamorada desde el año 2002. Es decir, desde que era un cachimbo en la universidad.
Desde entonces, no se le ha visto con mujer alguna en términos románticos. Asegura haberse enamorado varias veces, pero la ejecución de desafortunadas tácticas de seducción lo desplazó al inofensivo rol del “amigo buena gente” de sus potenciales conquistas (ver ‘¿Estamos friendzoneados?’, artículo publicado el 12 de octubre).
Ramiro, de cuando en cuando, convoca a sus amigos para tomarse unos tragos y contar sus tribulaciones amorosas. Pero sus amigos son crueles. Ocho años sin enamorada es una razón suficiente para que los chistosos compadres elaboren bromas pesadas. Irreproducibles en este medio, ciertamente, ya que podrían herir susceptibilidades. Los amigos, la mayoría de ellos con novia y hasta casados, Hasta dudan de la existencia de la famosa novia conocida de 2005. Cuando intentan recordarla, todos dudan si realmente la vieron. La consideran un ser mítico, nebuloso, misterioso como el Pie Grande, el Monstruo del Lago Ness o el Chullachaqui.
Ramiro, además de sentirse solo, se siente presionado. Ya no piensa “quiero tener enamorada”, sino “debo tener enamorada”. Porque es una manera de conjurar su soledad. Porque quiere compartir con alguien sus logros. Porque, sobretodo, quiere callar la boca a esos insensibles y payasos que tiene como amigos.
¿Hace bien Ramiro en pensar de esta manera? ¿Es correcto que “entre a la cancha” con tanta presión encima? Habría que pensar en las posibles consecuencias de una actitud así. Si esta búsqueda frenética lo acerca a una chica idónea para él, genial. Sin embargo, lo más probable es que la presión por estar con alguien –con quien sea, con quien la primera que le dé bola– le puede traer más problemas que beneficios. ¿Qué tal si se enamora y formaliza una relación con una chica que le hace la vida imposible? Ahí va a querer ser soltero de nuevo. El consejo para Ramiro: relájate, no hagas caso a tus amigos y deja que las cosas fluyan.
DATOS
- “El amor no llega en un minuto, a veces ni siquiera llega”, canta Paul McCartney en ‘Silly Love Songs’.
- El hit de Las Vengadoras, ‘Soy soltera y hago lo que quiero”, esconde una sabia filosofía: no tener pareja no significa sufrir. Mejor solo que mal acompañado.
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