¿Cómo cuidar a un perrito tras la muerte de su amo?

Con la repentina partida de Carrie Fisher a los 60 años, su adorado perrito Gary quedó aparentemente solo. Pero ya se sabe que su hija, Billie Lourd, se hará cargo del pequeño bulldog francés, que a juzgar por una última fotografía que compartió la familia en su cuenta de Instagram está severamente afectado, sin ganas de jugar. Devastado. Su mamá no está y no volverá en su cumpleaños ni en la próxima Navidad. Tampoco está su abuela.

Gary y Billie Lourd. (Foto: @Gary_TheDog)

“Gary es como mi corazón. Gary es muy devoto a mí y me calma. Se pone ansioso cuando está lejos de mí”, contó Carrie Fisher en diálogo con el The Herald Tribune. Y agregó que el perrito le daba fuerzas para enfrentar su trastorno bipolar. Le regalaba cada día tranquilidad a su vida.

La fuerte relación que mantuvo Fisher con Gary es un buen punto partida para reflexionar sobre lo que sucede luego de que el dueño de una mascota pierde la vida. ¿Qué ocurre con el perrito? ¿Mueren realmente de la tristeza? ¿Pueden volver a ser felices con otro humano? ¿Pueden ser ofrecidos a otra familia fácilmente? ¿Recordarán siempre a su dueño original? ¿En el cielo (si es que existe) se volverán a juntar algún día? Esta última pregunta no tiene respuesta, pero es bueno pensar que sí.

Para responder a la mayoría de las preguntas que planteamos, consultamos con el veterinario Jorge Máximo Matta Silva, de la Veterinaria Miraflores. De acuerdo a su experiencia, hay varios factores que determinan el efecto del fallecimiento de una persona sobre su mascota, como la edad. No obstante, es posible que logren “asimilar la pérdida luego de tres semanas”.

En el caso de los perritos, estos no vuelven a ser los mismos, y necesitan mucho cuidado y atención, pues mientras asimilan la pérdida, pueden llegar a deprimirse.

“Empiezan a adaptarse. Al igual que nosotros, aprenden a sobrellevarlo”, dice a Perú21. Eso sí, “no olvidan jamás a su amo”.

Recomendaciones para tratar a una mascota huérfana:

1. No tratar de sacar al animal de su medio ambiente habitual. Se puede quedar al menos las tres primeras semanas y luego cambiar su rutina poco a poco.

2. El cuidado que recibe debe ser el mismo de siempre, así como la misma atención de su amo.

3. Se tiene que complementar el cuidado con paseos. El animal, de acuerdo con Matta, se da cuenta de los cambios que hay en su vida.

4. El apoyo de la familia es indispensable. El perro se puede deprimir si es regalado. Es entonces cuando deja de comer, llegan las enfermedades y puede morir.

5. Ante la depresión, se le puede recetar un relajante o tranquilizante.

Matta Silva nos recuerda que la relación entre el amo y su mascota es para toda la vida. Que aunque pasen los años, el perro seguirá reconociendo su olor y que jamás es ingrato con quien lo amó y alimentó.

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