El presidente Ollanta Humala y la censurada primera ministra, Ana Jara , “estaban al tanto” de las acciones de espionaje que realizaba la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) a la vicepresidenta Marisol Espinoza, antes de que el caso saliera a la luz.
Así, “lejos de adoptar medidas drásticas, decidieron actuar con negligencia, dejando de lado la denuncia para dar credibilidad a otra más inverosímil elaborada por altos directivos del órgano de Inteligencia para justificar su accionar”.
Esta es una de las principales conclusiones del informe en minoría de la Comisión de Inteligencia sobre las denuncias de seguimiento, reglajes y rastreos a políticos, empresarios y periodistas –al que este diario tuvo acceso–, suscrito por Luz Salgado, Carlos Tubino y Javier Bedoya, quienes piden remitir lo actuado al Ministerio Público, para que determine las responsabilidades del caso.
Las indagaciones determinaron que el jefe del Estado y el entonces jefe de la DINI, Víctor Gómez, fueron informados de los hechos por la propia vicepresidenta, mientras que la premier Ana Jara, enterada de los hechos, envió a los jefes de Inteligencia a dar una explicación a Marisol Espinoza.
Por este motivo, Salgado declaró a Perú21 que Jara no dijo la verdad cuando señaló que se enteró de la denuncia por medio de la prensa.
En el documento se indica que, por las declaraciones y del análisis de la documentación, “se ha podido determinar que se habrían utilizado recursos de la DINI para realizar acciones ilegales de seguimiento a personajes políticos, con el objetivo de condicionar su actividad o dañar su imagen, desprestigiándolos”.
Estas actividades, añade, “serían reflejo de un plan diseñado desde el Gobierno”.
En el caso de Marisol Espinoza, el informe destaca las evidentes contradicciones expresadas por los agentes de Inteligencia intervenidos y la falta de sustento para justificar el plan ‘Islámicos’, con lo que las autoridades pretenden justificar la presencia de personal de Inteligencia al frente del domicilio.
De acuerdo con el texto, se ha acreditado la realización de seguimientos sostenidos y sistemáticos a Jorge del Castillo, a la congresista Natalie Condori y al ex asesor parlamentario Jorge Paredes Terry, con el fin de desprestigiarlos ante la opinión pública.
Los seguimientos habrían sido realizados por personal de la DINI y los informes derivados a un sector de la prensa por funcionarios cercanos a Palacio de Gobierno.
Estas acciones “solo pudieron realizarse con el consentimiento y aprobación del jefe de la DINI y del presidente Humala”, se lee.
Las investigaciones también determinaron que el ex asesor presidencial Eduardo Roy Gates se reunió con dos jefes de operaciones de la DINI, Arturo Barraza y Jhonny Bravo, quienes reconocieron que acudieron a Palacio por disposición del jefe de Contrainteligencia, Mauro Castañeda.
Perú21 buscó el descargo de la primera ministra. Una fuente de la PCM señaló que Ana Jara esperará a que le llegue el informe por los conductos oficiales para pronunciarse.
DATOS
- Al ser detenido, el suboficial de Ejército Johnni Huamán dijo que su presencia al frente de la casa de la vicepresidenta Marisol Espinoza se debía a que esperaba a un amigo que le entregaría unas herramientas.
- Cuatro horas más tarde, el jefe de Operaciones de la DINI, Jhonny Bravo Sánchez, dijo en la comisaría que Huamán “realizaba actividades orientadas a elevar el nivel de la seguridad en la Embajada de EE.UU.”.
- El informe destaca que el plan ‘Islámicos’ se reactivó cinco días antes de los hechos en casa de Espinoza.
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