El presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, recibió un baño, no precisamente de popularidad, sino por los globos con agua que algunos pobladores le arrojaron durante su participación en la fiesta del carnaval de dicha región.
Los cajamarquinos no ocultaron el repudio que sienten hacia la autoridad, lo insultaron y culparon de la difícil situación que atraviesa la región por las protestas y paros contra el proyecto minero Conga que promovió y que generaron millonarias pérdidas económicas.
Incluso hasta le gritaban “inútil”. “Que trabaje, no hace nada. Que no se la pase de politiquero. La región necesita obras y no un sinvergüenza como ese”, dijo una señora que participaba en las festividades.
A pesar del bochornoso episodio, el carnaval continuó en Cajamarca con el desfile de cientos de danzantes vestidos con trajes típicos y originales disfraces.
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