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Alfredo Thorne: ¿Es válida la cuestión de confianza presentada?

“Daré inmediatamente un paso al costado si el Congreso no me renueva la confianza”, manifestó el titular de Economía.

Alfredo Thorne: ¿Es válida la cuestión de confianza presentada?
Alfredo Thorne: ¿Es válida la cuestión de confianza presentada?
Josefina Miró Quesada

Josefina Miró Quesada

@josefina_28

El viernes 16 de junio, el ministro de Economía, Alfredo Thorne, se presentó ante el Congreso para responder los cuestionamientos de una conversación grabada con el contralor Édgar Alarcón sobre el caso del aeropuerto de Chinchero.

Los descargos que realizó dejó insatisfecho a varios parlamentarios. Unos exigieron su renuncia y otros evaluaron presentar una moción de censura en su contra. Frente a ello, el titular de Economía presentó una cuestión de confianza ante el Pleno. Hoy, mediante una carta al Congreso, confirmó esta decisión y en un video difundido en redes sociales señaló lo siguiente: “Daré inmediatamente un paso al costado si el Congreso no me renueva la confianza”.

Puede hacerlo


Para los constitucionalistas Aníbal Quiroga y Samuel Abad, no hay ninguna limitación para que el ministro presente una cuestión de confianza. Según Quiroga, lo puede hacer por cuestiones de políticas públicas, razones personales, idoneidad de su cargo o los motivos que fuere. Para Abad, además, las conversaciones con el contralor involucran un cuestionamiento de su gestión como ministro. “No es un tema sobre si me cae simpático o no”, comenta.

La obligación de limitar el tema de la cuestión de confianza a un asunto de políticas públicas solo procede una primera vez, dentro de los treinta días de haber asumido sus funciones el gabinete. Ahí, según el artículo 130 de la Constitución, el Premier está obligado a presentarla sobre la “política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión”. Si no es este el caso, cuando un ministro la presenta por iniciativa propia, lo puede hacer por cualquier tema.

Quiroga señala que la cuestión de confianza y la censura son dos caras de la misma moneda. “La diferencia es que la primera es una iniciativa del ministro o del gabinete y la segunda, del Congreso”, señala. En ambos casos, si se rechaza, los efectos son los mismos: el ministro debe renunciar.

El viernes el ministro Thorne dijo lo siguiente: “(…) para permanecer en el cargo requiero constitucionalmente de la confianza del Congreso”. En opinión de Abad, debió ser más explícito en que había planteado una cuestión de confianza y el hecho de que no haya sido rebotado en la prensa revela que fue ambiguo. No obstante, asegura que no hay problema en que lo hubiera aclarado mediante la carta enviada el Congreso. “El reglamento del Congreso permite que la confianza se vote en la misma sesión que se plantea o en la siguiente, así que no hay problema en que se vote en el siguiente pleno,” señala.

¿Crisis de gabinete?


Por la mañana, el congresista oficialista Guido Lombardi dijo que si el Pleno rechazaba la confianza de dos gabinetes, el Presidente Pedro Pablo Kuczynski podía disolver el Parlamento. Algo que se conoce como la crisis total de gabinete. Si bien el congresista Alberto de Belaunde precisó luego que las declaraciones de Lombardi fueron previas al anuncio del ministro Thorne, es preciso aclarar que el supuesto que este mencionó no aplica para el caso.

Y esto porque la prerrogativa del Jefe de Estado solo procede cuando la censura, o en este caso, la confianza rechazada por el Congreso, es respecto de un gabinete y no de un ministro. “La cuestión de confianza presentada por un ministro solo afecta su cartera, pueden haber cien cuestiones de confianza y no pasa nada”, señaló Quiroga.

Según Abad, distinto hubiera sido que el premier Fernando Zavala presentara esta medida para evaluar la política económica del Ministerio de Economía, lo que sí podía configurar uno de los dos supuestos que llevan a la crisis de gabinete. Sin embargo, como se presenta de manera individual, ello no procede.

Este mecanismo de control político establece dos salidas para el Congreso. O la acepta y el ministro es ratificado en su cargo. O la rechaza y es obligado a renunciar. Esta última generaría los mismos efectos que una moción de censura, motivo por el cual, no será ya necesario presentar una.

“El tema de la gobernabilidad es importante y esperar a la censura es un riesgo. Es un ministro que está en la indefinición y es una cartera muy importante” señala Abad.

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