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Alejandro Toledo no pudo despejar dudas sobre compras de su suegra

Expresidente se retiró de la Comisión de Fiscalización sin responder varias preguntas y no entregó documentos que sustenten sus descargos.

Toledo no convenció a los legisladores y no entregó documentos. (Mario Zapata)
Toledo no convenció a los legisladores y no entregó documentos. (Mario Zapata)

La pasó mal en el Congreso. El expresidente Alejandro Toledo se retiró de la Comisión de Fiscalización sin responder varias de las interrogantes que le plantearon miembros de la oposición durante la accidentada sesión a la que acudió por las sospechosas compras que hizo su suegra, Eva Fernenbug, de 85 años de edad, de dos inmuebles en Lima por US$5 millones en el 2012.

En medio de nuevas revelaciones que lo vinculan con esas compras y con una presunta operación de lavado de dinero que podrían tener origen en actos de corrupción, Toledo prometió que se retira de la política si le comprueban los cargos que se le imputan y que tiene más propiedades que las dos que se ha declarado (la residencia de Camacho y la casa de playa en Punta Sal).

“Demuéstrenme una sola prueba de que Alejandro Toledo tuvo participación en la compra de esas dos propiedades (sic)”, agregó durante su participación en la sesión de la comisión, en la que en muchos pasajes se refería a él mismo en tercera persona y de la que se retiró sin entregar los documentos que sustenten sus descargos, como se había comprometido a hacerlo, por lo que el congresista Mauricio Mulder consideró que la presentación del líder de Perú Posible fue “una burla”.

Toledo insistió en que las compras de una mansión en Las Casuarinas y de una lujosa oficina en Surco, fueron “limpias, transparentes y legales”, pese a que para esas operaciones se creó una empresa fantasma, Ecoteva Consulting, en Costa Rica, lo que hace sospechar que se quiere ocultar al verdadero propietario o beneficiario de esos bienes.

El exmandatario alegó, una y otra vez, que no tiene nada que ver en las citadas adquisiciones, que han sido –remarcó– operaciones privadas entre su suegra, Ecoteva y Josef Maiman, el magnate peruano israelí del que es íntimo amigo, que avaló a la señora Fernenbug para que el Scotiabank le haga un préstamo hipotecario para la compra de los referidos inmuebles.

“Estoy orgulloso de ser amigo de Maiman, quien viene de abajo, de vender aceite en Chiclayo (…) Sobre cómo usa sus recursos, yo no me puedo pronunciar, lo que puedo decir es que son recursos lícitos”, dijo, tras lamentar que, por temas burocráticos, la referida hipoteca hasta ahora no haya sido inscrita en Registros Públicos.

En otro momento, Toledo señaló que los impuestos de los ingresos que tiene en Perú los paga aquí y lo que gana en EEUU lo declara en ese país.

Asimismo, y aunque se ha quejado en varias ocasiones de que le hacen imputaciones sin sustento, el líder de Perú Posible dijo –sin pruebas y sin precisar nombres– que sabe que hay congresistas que “pagan a periodistas” para que estén “detrás de él”, investigándolo.

Esta grave imputación generó las protestas de los legisladores, por lo que el expresidente tuvo que disculparse –lo hizo varias veces en la sesión– y retirar sus palabras.

Al final de su presentación, que no logró despejar las dudas en torno a las referidas operaciones, dijo lo que había dicho al inicio de sus alegatos: que cometió un error al no haber explicado con claridad las compras que hizo su suegra, pero negó ser un corrupto.

LA PORTÁTIL ARMÓ SHOW
A su salida del Congreso, el líder de Perú Posible contó en todo momento de la protección de un fuerte cordón de seguridad del personal de Seguridad del Estado, para que nadie se le acerque. Además, era esperado por su portátil, que gritaba la frase “Toledo dignidad”.


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