Sin mostrar ninguna prueba que lo respalde, el expresidente Alberto Fujimori afirmó, a través de sus cuentas en Facebook y Twitter, que fue “provocado adrede” en el incidente ocurrido en la clínica Centenario, donde le gritó a una enfermera que impidió el ingreso de congresistas a su habitación tras ser internado el último viernes.
“Ahora constato que fui provocado adrede, que todo era una trampa, que el INPE me había grabado, como lo constatan las cámaras de la clínica, para luego, en el mejor estilo del Minjus que fotografía retretes, filtrar el videíto a la prensa. Allí tienen a un Fujimori exaltado, diferente al que se presentó a la audiencia”, señala en su mensaje.
Fujimori denunció que el mandatario Ollanta Humala y el ministro de Justicia, Daniel Figallo, lo “hostigan y maltratan”, y aseguró que el objetivo es la “eliminación física” de su persona.
“Prueba de este ensañamiento sádico es lo ocurrido el viernes por la noche cuando, sin que medie razón alguna, se impidió a mi hijo Kenji verme y asegurarse de que me encuentro bien. ¿Qué peligro para la seguridad nacional, que transgresión a la ley puede significar el que un hijo vele por su padre enfermo?”, manifestó.
En ese sentido, el exgobernante afirma que el Instituto Nacional Penitenciario se está extralimitando en sus funciones. “En ningún momento el INPE, que ahora también supervisa la salud y está por encima de los profesionales médicos, les importó mis problemas de presión alta, ni las consecuencias de ello”, remarcó.
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