Roberto Abusada,Uso de la palabra
Economista
El colombiano Rodrigo Botero, ex ministro de Hacienda e influyente economista, comenta en un reciente artículo acerca del vigoroso crecimiento, creación de empleo, alta inversión, baja inflación e importante reducción de pobreza que hoy experimenta su país. Igualmente, explica la razonable presunción de que, más allá de los buenos resultados que exhibirá la economía en el 2014, el potencial de crecimiento colombiano ha experimentado un aumento considerable. Ello, dice Botero, abre la oportunidad para un mayor estímulo económico sin el peligro de generar inflación.
Durante al menos los últimos 15 años comprobábamos que Colombia, al igual que Chile y México, nuestros socios en la Alianza del Pacífico, tenían un potencial de crecimiento inferior al peruano, que situábamos en el rango de 6% y 6.5%. Pero hoy con toda certeza nuestro potencial de crecimiento está más cerca de entre 4% y 5%.
En un esfuerzo por revertir esta situación y ante la ya previsible caída en el ritmo de crecimiento en el segundo trimestre de este año (1.7%), el ministro de Economía creó primero una comisión encargada de destrabar la inversión privada, y luego forzó con éxito un mayor nivel de coherencia al interior del gabinete. Esto derivó en un paquete de medidas para luchar contra la maraña de trámites y requisitos absurdos anti inversión. Personalmente, y junto con muchos otros economistas, opinamos entonces que el gobierno empezaría a revertir la caída en la confianza empresarial. Nada de eso ha sucedido. Siguen los obstáculos y la desconfianza. El famoso equipo destrabador no nos ha mostrado un solo proyecto importante que haya destrabado, limitándose solo a anunciar vagas cifras agregadas de proyectos que dicen, con su labor, haber impulsado. Más aún, existe evidencia que importantes iniciativas de inversión encuentran trabas al interior del propio equipo encargado de destrabar.
Es hora de dejar de lado excusas para la desaceleración como aquella que pone énfasis en el fin del “superciclo en el alza de precios de los metales”. Los actuales precios del oro, la plata, el cinc y el plomo tienen hoy un nivel de aproximadamente el doble del que tenían antes de la gran crisis financiera mundial. En aquella época el Perú crecía vigorosamente. La realidad es que se ha hecho muy poco para recuperar la confianza del inversionista y el consumidor.
La inversión privada no crecerá este año. El Perú ha perdido aquello que en años recientes fuera el motor de su crecimiento cuando la inversión privada crecía a tasas de dos dígitos y se tenía un consumo privado igualmente dinámico. Esto parece haber terminado. Para colmo de males, este año, el descubrimiento y judicialización de clamorosos casos de corrupción en la regiones ha impedido al Estado reaccionar con mayor inversión pública.
Más allá de lamentarnos por el magro crecimiento del 2014, debemos concentrar todos nuestros esfuerzos en restaurar nuestro potencial de crecimiento. Empecemos por lo más importante: la confianza.
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