Guido Lombardi,Opina.21
glombardi@peru21.com
De hecho, el nombramiento de Jaime Saavedra Chanduví (proveniente del Departamento de Reducción de Pobreza y Equidad del Banco Mundial), es una magnífica señal en ese sentido. Saavedra sostiene que “los niveles de pobreza y desigualdad siguen siendo muy elevados en el Perú, pese a los logros de la última década”. Y añade que circunstancias como el lugar de nacimiento, el género o la pertenencia a un grupo étnico determinan, de manera muy importante, las opciones futuras.
Es interesante subrayar el tono crítico de Saavedra cuando señala que “a pesar de que el discurso político ha sostenido y sostiene que el país promueve la igualdad de oportunidades, en la práctica la mayoría de las políticas de inversión pública han sido inconsistentes con ese objetivo o no han avanzado a la velocidad suficiente”.
En el trabajo que reseñamos (escrito en colaboración con Javier Escobal y Renos Vakis) se muestra cómo el acceso a los servicios básicos de educación, salud, saneamiento y electricidad, que debería ser universal, está lejos de serlo. Porque “el bajo nivel del gasto social ha limitado su impacto en el bienestar de corto plazo”.
Tenemos entonces, en un área tan sensible como la educación, a un ministro que conoce las herramientas para igualar oportunidades y reducir las desigualdades que se dan, sobre todo, entre los habitantes urbanos y rurales. ¿Podrá utilizarlas de manera eficiente y rápida para mostrar su impacto en el corto plazo? Ojalá.
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