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"La psicopatía no tiene posibilidades de cura"

“Como ser humano, el comportamiento de quienes tienen una psicopatía me produce mucho rechazo, pero creo que se les debe aplicar las leyes especiales previstas para personas enfermas”, nos dice Roberto Lerner.

Foto: Nancy Dueñas.
Foto: Nancy Dueñas.

Roberto Lerner,Psicólogo
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

El asesinato de Vylma Gabriela Niño de Guzmán, una mujer de 63 años, por parte de su hija de 14 años y su enamorado –de 16–, ha conmocionado a la sociedad peruana. En busca de algunas luces sobre por qué se producen situaciones así, buscamos al psicólogo Roberto Lerner.

¿Qué está pasando en la sociedad peruana para que se den casos de parricidio con cierta regularidad?
Sería osado hacer un diagnóstico tan general. Si bien es cierto que mediáticamente el parricidio tiene un enorme impacto sobre las personas, lo más probable es que en el caso de la pareja de adolescentes –de 14 y 16 años–, se trate de patologías individuales. Si uno analiza los casos nos encontraremos con personalidades profundamente perturbadas. Obviamente, estos crímenes se dan en el contexto de una sociedad donde cada vez hay menos barreras y controles en las conductas de las personas; entonces, pasamos a los actos con mucha más facilidad. Igual, yo no me atrevería a decir que vivimos una ‘epidemia’ de parricidios.

¿Se puede hablar de una crisis de la familia?
Dentro de la familia, las pasiones y los sentimientos positivos y negativos son mucho más grandes. La familia es un espacio donde sus integrantes se ilusionan, se decepcionan, generan expectativas, luchan por el poder. Hoy vivimos un exceso de ofertas que vienen fuera de la familia, descomposiciones y recomposiciones, menores restricciones a nuestros impulsos –sexualidad, agresividad, querer las cosas ya–, etcétera. Todo esto ha hecho que las tensiones que siempre existieron en la familia, pero que estaban reguladas por rituales sociales compartidos, se manifiesten porque estos rituales se han debilitado o desaparecido. Además, la gente está más empoderada, tiene más maneras de hacer daño, más ejemplos… y en este caso son los medios quienes los ponen sobre el tapete. ¿Cuáles son los programas con más rating? Los ‘guerra’, los ‘combate’. Es decir, la vida familiar, que ya era conflictiva, se hace más radical, extrema.

Se trata de patologías individuales dentro de una sociedad en problemas…
En una sociedad donde los menores tienen cada vez más poder, donde hacen el amor más temprano; negocian, producen, consumen, gastan, hacen dinero… y también matan.

En efecto, los implicados en los últimos casos de parricidio son muy jóvenes… hasta menores de edad.
Repito, acá entra el tema del empoderamiento: hoy las personas hacen mucho antes las cosas: la iniciación sexual, el ingreso al mercado, al mundo laboral, etcétera. Todo tiene que ser rápido, lo bueno y lo malo. Además, las asociaciones para delinquir, para hacer daño, para sacar del camino a quienes ‘interfieren’ con nosotros, con nuestras ambiciones, son más frecuentes.

Hay un elemento común en estos casos de parricidio: la complicidad de la pareja. ¿Una patología individual puede ‘contagiarse’ a otro?
Son patologías que se juntan. ¿Cuántas personas son cómplices de adicciones, de engaños? Muchas. Las parejas se encubren, se engañan y pueden hacer daño. Ahora, el fenómeno no es reciente, acompaña a la humanidad a lo largo de la historia.

¿Uno suele vincularse con gente con desórdenes similares a los nuestros?
Hay parejas que enganchan por sus partes menos sanas. Esto termina generando patologías con una transgresión mayor.

Sorprende la frialdad de los parricidas: uno quema el cuerpo de su madre aún con vida, otra lo mantiene dos meses descomponiéndose…
Allí estamos hablando de personas profundamente enfermas: psicópatas, sociópatas. Estas personas no tienen ninguna capacidad de empatía, el dolor de los otros les resulta ajeno y hacen las cosas con extrema frialdad, al punto que hacen una especie de ‘joint venture’ (alianza comercial) para delinquir.

¿Cómo reaccionar frente a estas personas?
La psicopatía es una condición contra la cual han rebotado todas las terapias. Acá hay un problema central: como no hay angustia ni culpa, los métodos terapéuticos no tienen de dónde sostenerse. Si hay culpa o vergüenza, la alianza terapéutica es posible. No soy un partidario de una ‘venganza social’, y creo que estas personas deben ser tratadas como enfermos, pero mi pronóstico ante un posible tratamiento no es favorable, no tienen posibilidades de cura. Como ser humano, su comportamiento me produce mucho rechazo, pero creo que se les debe aplicar las leyes especiales previstas para personas enfermas.

¿Deben ser aisladas?
Es lo que se acostumbra, pero el diagnóstico debe ser muy cuidadoso. He trabajado con enfermos como Hannibal Lecter, y sé que sus problemas son muy complejos.

¿La sociedad está en crisis?
No. Por cada uno de los casos de parricidio vemos miles de situaciones de amor, cosas extraordinarias y buenas. No generalicemos, mejor hablemos de patologías individuales.

AUTOFICHA

- Todo lo realmente decisivo ha pasado en ciudades. Ellas generan riqueza, cultura, pero también multiplican los problemas, desde el tráfico hasta el crimen.

- Durante mi desempeño profesional he trabajado con enfermos como Hannibal Lecter, y sé que sus problemas son muy complejos.

- Estos crímenes se dan en el contexto de una sociedad donde cada vez hay menos controles en las conductas de las personas; entonces, estas pasan a los actos.


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