MENDOZA.– Ese chiquillo que a los 16 años emocionaba al país tenía que ‘volver’. Se le esperaba con ansias y llegó justo cuando el Perú más lo necesitaba. Andy Polo por fin tuvo su revancha, la que aguardaba aunque él no lo decía.
“Agradezco a Dios por haberme permitido convertir ese gol. Y también a mis compañeros”, dijo en una conferencia de prensa el hombre al que Nolberto Solano hizo jugar en cualquier lado, menos arriba.
“Esto no acaba, se nos viene una final contra Chile. Esto es para mi hermano Renzo, el mayor, quien murió cuando yo aún no nacía. Sé que él me ayuda desde el cielo”, finalizó.
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