Jaime Bayly, Escritor
Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Jaime Bayly acaba de publicar La lluvia del tiempo (Alfaguara), una novela en la que un mitómano candidato a la Presidencia, Alcides Tudela, no quiere reconocer a su hija Soraya. Cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia (y la realidad, como siempre, resulta más exagerada). Bayly presentará su novela en la Feria del Libro, que empieza este 19 de julio.
Después de leer Los últimos días de La Prensa y La lluvia del tiempo, uno se queda con la sensación de que el periodismo es el más vil de los oficios…
Hay oficios peores. El de militar golpista, por ejemplo. Los periodistas somos tan peligrosos como los peluqueros: un error se corrige al cabo de un mes.
¿Por qué persistes en el oficio de periodista?
Es mi oficio natural. Mi destino era ser periodista. Mi madre lo supo antes que yo. Ella me dio la primicia.
¿Para ser periodista hay que ser frío y cínico?
Para ser periodista hay que ser malo en matemáticas y aficionado al chisme. Un periodista santo es un periodista aburrido. Un periodista aburrido es uno sin trabajo. En mi caso, el periodismo es una manera de combatir el desempleo.
¿Por qué esa necesidad de darle una interpretación literaria a la realidad?
No me interesa otra manera de contar novelas. Podría recrear biografías de muertos ilustres (es, por lo visto, un buen negocio, y los muertos no te enjuician, ni te reclaman nada, ni pueden contar su versión de la historia), pero ese tipo de novelas no me interesan. Prefiero contar unas historias que a mis ojos estén vivas.
¿Quién es más mentiroso y cínico: Alejandro Toledo o Alcides Tudela, el personaje de tu novela que se parece demasiado a él?
Yo (ríe). Yo soy un novelista, un contador de historias, no un juez ni un fiscal acusador.
¿El personaje literario es menos ruin que el ‘real’?
No creo que pueda decirse, aludiendo a esta novela o a mi vida en general, que me he quedado corto. Escribir novelas es ya una desmesura.
¿Qué opinas del escándalo de las propiedades de la suegra de Toledo?
Ni el más delirante de los novelistas se inventaría una suegra así. No resultaría creíble.
¿Alan García no sería otro gran personaje de novela?
Alan no cabe en una sola novela.
¿En la política peruana siempre ganan los malos?
Sí. Cuando no ganan, pasan a la segunda vuelta. Y en segunda vuelta, ganan. ¿Estamos llenos de políticos taimados? Tal vez la expresión ‘políticos taimados’ sea una redundancia.
En la novela se afirma que quien se mete en política nunca sale limpio. ¿Fue por eso que, al final, decidiste no meterte en ella?
La política paga mal, salvo que seas un rufián. Y si eres un rufián y no te pillan, no podrás gastar el dinero mal habido y vivirás en la cárcel de tu conciencia. Cualquier árbitro de fútbol es más decente que un político elegido al azar.
¿Crees que el Perú es un país enfermo y sin remedio?
El Perú goza de muy buena salud.
En la novela, la gente ve con más desagrado que un periodista sea gay a que un candidato presidencial se niegue a reconocer a su hija. Es decir, seguimos siendo un país homofóbico…
No. El Perú es una suma de individuos. Hay individuos tolerantes y hay individuos intolerantes. Me parece que el tiempo tiende a multiplicar a los tolerantes y diezmar a los intolerantes. Si el Perú fuese homofóbico, yo no podría haber hecho una carrera en la televisión.
He leído algunos textos tuyos en los que dices que no te sientes un gran escritor, que eres un autor menor…
Todos somos menores comparados con Borges.
Los libros se venden por cientos o miles; la televisión llega a millones. ¿Eres consciente de que es probable que se te recuerde más como conductor de televisión que como escritor?
Soy consciente de que lo más probable es que nadie recuerde a nadie. ¿Gloria literaria? ¿Fama? Prefiero comer rico, dormir bien y no tener entredichos con la Policía (ríe).
¿Volverás a vivir en el Perú?
Sigo viviendo en el Perú. Uno vive no tanto en la geografía que pisa sino en los paraísos que se inventa. Yo vivo todos los días en el Perú.
¿Qué piensas de la pareja presidencial: Humala-Heredia? ¿Sientes, como muchos, que su intención es perpetuarse en el poder?
La intención de perpetuarnos late en todos nosotros. Yo intento perpetuarme escribiendo novelas. El poder, sin embargo, no está en el gobierno. El verdadero poder consiste en dormir hasta la hora que te dé la gana. Los presidentes, me parece, carecen de ese poder. Se consuelan mandando. Magro consuelo.
AUTOFICHA
- Eso que algunos llaman “miserias humanas” es lo que otros llamaríamos “placer”. Todos los placeres que conozco son deplorables en opinión de algún cura.
- Sigo viviendo en el Perú. Uno vive no tanto en la geografía que pisa sino en los paraísos que se inventa. Vivo todos los días en el Perú.
- El verdadero poder consiste en dormir hasta la hora que quieras. Los presidentes, me parece, carecen de ese poder. Se consuelan mandando. Magro consuelo.
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