El Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), el Consejo de la Prensa Peruana y el Midis organizaron un concurso para periodistas que hubieran hecho reportajes sobre programas sociales y en particular sobre su articulación con programas productivos. Algunos trabajos mostraron precisión, con investigaciones serias, pero otros fueron incompletos y tendenciosos.
Los premiados presentaron una buena fotografía de cómo los medios y los periodistas entienden y difunden lo que se hace desde estos programas. Les pongo dos ejemplos. El mejor de los trabajos premiados fue uno sobre Cuna Más, que presentó una dimensión poco resaltada del programa. A partir de la historia de tres familias de escasos recursos, da cuenta de cómo Cuna Más permite a cada familia desarrollar actividades económicas. Padre y madre trabajan durante el día, pues sus hijos menores de tres años son cuidados, alimentados y preparados para un mejor futuro por Cuna Más. Los padres, emprendedores de condición humilde, trabajan para salir adelante porque tienen en el programa un aliado que les facilita el proceso de inclusión económica.
El otro ejemplo se refiere al programa Juntos, buen documento en prensa escrita, con información sobre cobertura, condiciones y presupuestos del programa en la región La Libertad. Pero, al leer el texto, encontramos que el periodista que resalta aspectos positivos y cuestiona muy bien las deficiencias del programa cierra su trabajo pidiendo que el programa haga actividades que no están en su mandato. Como opinión y sugerencia está bien, pero como cierre de un reportaje deja la idea de que Juntos no está haciendo lo que debe, lo cual revela que el periodista no entendió bien a qué se ha comprometido el programa y qué le está permitido –por ley– hacer.
En otros reportajes destaca el buen tratamiento de situaciones como filtraciones –gente que no debe recibir tal o cual programa– o subcobertura –alguien que debe recibir y no recibe–. Bien por informar, bien por criticar y dar sugerencias y opiniones. Desgraciadamente, se presentaron casos donde hay un reconocimiento a prácticas que no corresponden: por ejemplo, un congresista diciendo a una usuaria que él le consiguió acceso al programa, cuando sabemos que no es facultad de los congresistas hacerlo.
Este concurso muestra a los organizadores una tarea pendiente: capacitar e informar a los periodistas sobre qué hacen los programas sociales, cómo funcionan y cuáles son los mecanismos para entrar o salir de ellos.
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