Se habla de reconstrucción. Pero no podemos volver a construir este desastre. El Tesoro tiene ahorrados S/90 mil millones. El dinero ya no es un problema. Todo lo demás lo sigue siendo. No hay políticas de Estado. No hay partidos políticos. Partimos un país, que ya estaba fragmentado en compartimientos estancos, en departamentos. Las autoridades subnacionales son las que más malgastan recursos, y viven llorando por más. Salvo el BCR, no hay otras instituciones en el Estado. Es inmoral que se haya desplomado un tercio del país, cuando somos uno de los más solventes del mundo.
Tendríamos que ser locos para pretender que esta máquina de capturar rentas y corrupción haga el país que queremos. Debemos apoyarnos en empresas privadas, no en los mais mercas du mundo. Tampoco en los chinos que trabajaron las cuencas en Ecuador. No me malinterpreten. Hubiera sido ideal que vengan. Pero no somos una República Bananera. No tenemos por qué pasarnos de los mercas imperialistas a los comunistas imperialistas e intereses geopolíticos así.
Son cuatro ejes: planeamiento urbano, ordenamiento territorial que incluya manejo de cuencas, infraestructura, y vivienda, especialmente social.
Necesitamos a los mejores asesores integrales del mundo, consorciados con los mejores peruanos. Necesitamos inmensos planes de inversión público privados. Y tenemos que meter competencia en el mercado hipotecario para bajar las tasas.
Esa es la agenda en un párrafo. Empieza por hablar de construir un país nuevo, como el que queremos y merecemos. En venderle el sueño posible a los peruanos para poder enfrentar a las mafias del statu quo y lo peor de la política. Y se empieza a diseñar hoy, no cuando pase la emergencia.
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