Alfredo Ferrero,Al.Mercado
aferrero@peru21.com
Cuando el Estado condona, la plata de los contribuyentes se convierte en un socio forzoso, y asume riesgos propios del giro del negocio privado. Su rol es cobrar los impuestos y velar por el cumplimiento de las leyes laborales, entre otros. Los cafetaleros bloquearon carreteras aduciendo pérdidas por las plagas, pero este es un riesgo propio del negocio. Imaginemos si el Estado interviniera para solucionar los problemas de cualquier empresa; no es su rol salvarlas. Al Estado debe interesarle que sobrevivan las que generan riquezas y no las que trasladan al bolsillo de los contribuyentes su fracaso. ¿O es que también distribuyen esa utilidad entre los contribuyentes cuando les va bien?
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