Mariella Balbi: Quien pide poco, no es un loco

Vemos voracidad de poder y mando en algunas bancadas parlamentarias. Y aunque el Congreso aguanta todo –debatir es su esencia–, la bancada oficialista aún ostenta una falta de adecuación a la realidad numérica que –como se sabe– es inamovible. Dos y dos nunca serán cinco. Los 73 congresistas de Fuerza Popular irritan a algunos oficialistas, sin aceptar que fueron los votantes quienes los llevaron al Congreso.

Los ‘pepekausas’ exigen con toscos modales que, como son gobierno, requieren ya, ya las facultades extraordinarias, soslayando el control político y el modesto número de su bancada. Nuestro presidente envalentona a sus ‘colegiales’ antes de ir a China pidiendo también al Congreso rapidito, rapidito, como si se pudiera. Además, las facultades solicitadas requieren varias precisiones. Entre los oficialistas se contradicen sobre la celeridad y la opinión pública ve que en cualquier momento habrá una crisis de indigestión entre ellos. Vimos modales poco democráticos de un sector de los ‘pepekausas’ frente a la masiva elección del defensor del Pueblo. Y el Ejecutivo echó barro al contralor, pero la reunión con el presidente parece haber amainado esto. Pero ya le crearon mala imagen.

La izquierda parlamentaria pide que Marco Arana, dueño legítimo de Tierra y Libertad, obsequie su partido a la cúpula del Frente Amplio. Arana reacciona ante la pretendida expropiación. La disputa encendida probablemente llevará a una anunciada división de la izquierda. Como antropología política, será elocuente. Crisis de crecimiento, dice una congresista afín a Verónika Mendoza. El otro bando le espeta con cierta razón: No te pases, busca tus firmas. La bancada zurda puede superar a la película “La guerra de los Roses”. Lo veremos pronto. No olvidar que no se llega al Congreso como esporas, individualmente. La curul solo se obtiene si se pertenece a un grupo político.