El alcalde Luis Castañeda está seguro de que logrará construir el tan criticado by-pass de la Av. 28 de Julio. Tan seguro está –así, sin expediente ni papeles, sin estudios previos, sin autorizaciones de los sectores, sin nada de nada– que mandó al mismísimo ministro de Economía, Alonso Segura, a leer la ley para que no lo jorobe. Cuando pensamos que la prepotencia del alcalde finalmente alcanzó un pico, él va más allá, y eso tenemos que reconocérselo: es más tenaz que un pitbull enojado. (Ahora, tampoco es que sea tan difícil pararle el macho al gobierno).
¿Necesita el municipio de Lima permisos, autorizaciones, SNIP y todo lo demás para ejecutar obras de infraestructura? Depende. El SNIP se ha descentralizado hace ya varios años y los gobiernos locales y regionales pueden declarar viables sus propios proyectos de inversión cuando son de su exclusiva competencia. ¿Y cuáles no son de su competencia? He ahí el asunto que nadie ha sabido, podido o querido responder, y por eso la municipalidad y el MEF han formado equipo y están “en conversaciones”. Para darnos una idea: la calle que va de su casa al Jockey Plaza es competencia de la municipalidad de su distrito. Si usa la Javier Prado es competencia de la Municipalidad de Lima. Si usa la Vía de Evitamiento, es del Ministerio de Transportes.
Si la obra estuviera fuera de las posibilidades económicas de la municipalidad y tuviera que endeudarse para realizarla, y requiere garantía o aval del Gobierno Central, el MEF puede intervenir. Pero, ¿no dijo Castañeda que encontró a la municipalidad prácticamente quebrada y por eso botó a 3 mil trabajadores? Si no tienen plata, entra el MEF y, si no tienen capacidades (no hay expediente), también.
¿Cuál le escogemos al mudo?
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