Un linchamiento

- Lamentable el linchamiento que le están dando al ex ministro de Energía Pedro Sánchez en el Congreso con unas acusaciones constitucionales –no penales, ojo; ameritan inhabilitación en puestos públicos, nada más– que lindan en la tontería. Como no han podido cazar a García con la megacomisión ni a algún otro ministro aprista, el oficialismo busca, como premio consuelo, la cabeza de un técnico tan capaz como Sánchez junto a la izquierda, que, como siempre, condena por fastidiar y por ignorancia. Lo más trágico es la actitud del fujimorismo, que le está cobrando a Sánchez la factura porque considera que, por culpa de su esposa, la ex procuradora Delia Muñoz, se volvió a abrir esa falacia de las “esterilizaciones forzadas”. Al margen de que, al parecer, Muñoz no tuvo allí su mejor hora y ayudó a que la caviarada y el rojerío revivan esa cacería de brujas, no es justo por eso darle el vuelto a su esposo.

- Divertido volver a oír ese viejo audio entre Alan y Del Castillo, y recordar el papel que el congresista izquierdista Dammert habría jugado entonces a favor de limpiar a Alan. ¡Jua, jua, jua!

- ¡Qué va a estar sola Máxima Acuña, la heroína del cura Arana, si tiene varias propiedades! ¡Jua, jua, jua!

- Me disculpo con Morgana Vargas Llosa en que le atribuí erradamente el nombre de una parienta ya fallecida, guiado por lo que aparece en http://es.wikipedia.org/wiki/Morgana_Vargas_Llosa. Aunque me parece desproporcionada su reacción en la web (hasta me tilda de “matón” y otras linduras; después yo soy siempre el que “insulta” para ellos…), no quise herir para nada sensibilidades, no fue a propósito –como demuestro– y reitero mis disculpas.