Carlos Castillo
@cdcastillin
Fue el presidente de la comisión investigadora Lava Jato en el Parlamento 2011-2016. Juan Pari nos cuenta sus expectativas frente a la posibilidad de que se reactive esta investigación y da algunas pautas para esta nueva etapa.
¿Hasta dónde llegó la comisión Lava Jato que usted presidió en el anterior Congreso?
Bueno, llegó a identificar las principales obras donde se encuentran indicios de corrupción de sobrevaloraciones y pagos no autorizados que están por encima de los contratos y las adendas. Hemos encontrado situaciones contractuales muy dudosas en diferentes proyectos y en diferentes gestiones.
¿En qué proyectos han encontrado esos indicios?
Todo lo que es IIRSA que involucra a tres gobiernos. Tenemos Olmos que involucra a dos gobiernos; el caso del Gasoducto Sur, que solo complica al gobierno anterior; también en la Línea Amarilla, en el by-pass (de 28 de Julio). Es un tema muy complejo.
¿Qué conclusiones arrojó la investigación que usted dirigió en ese quinquenio?
Hemos encontrado tres elementos fundamentales. Lo primero es cómo la corrupción empieza a tomar los hilos de poder, esa relación con la política, y por ahí va ese dinero para la campaña y lobbies antes de que asuman la función. Eso está claro, por ejemplo, en las agendas de Nadine (Heredia), donde se señalan las citas con (Jorge) Simoes Barata (representante de Odebrecht en el Perú), lo cual ha sido reconocido por el propio Simoes Barata, quien señala que también se reunió con otros candidatos que estaban en posición de ganar las elecciones.
¿Estamos hablando de otros candidatos de las elecciones del año 2011?
Sí, y también nos encontramos con el caso Castillo de Arena, donde hay un apunte que dice: “Campaña Político García”. Bueno, nosotros conocemos a un solo García. No estamos imputando delito, solo decimos que ahí hay una referencia.
¿Cuáles son los otros elementos que forman parte de sus conclusiones?
Lo otro es cómo se hacen los contratos y las relaciones contractuales, y la manera en que las empresas terminan siendo los únicos postores, y el tercer elemento son las rutas por donde va el dinero. Aquí vemos cómo después de Castillo de Arena y de los primeros indicios de Lava Jato, las empresas se trasladan a Lima.
Si tuviera que señalar la principal conclusión de su investigación, ¿cuál mencionaría?
Uno de los temas, indudablemente, es la debilidad del Estado. Los sistemas de control no han funcionado, Contraloría no actuó en el momento oportuno y después de Lava Jato recién comienzan a reaccionar los controles en el MEF, los controles en el sistema de contrataciones del Estado. Esto pasó por sobre todos esos controles.
¿Ahora hay nuevos elementos para tomar en cuenta?
Claro, y por eso es necesario que continúen las investigaciones, porque hay nuevos elementos que se pueden complementar con lo que hemos avanzado, por ejemplo, en el caso del by-pass. Le diré que nosotros ya habíamos advertido que había situaciones que deberían ser aclaradas, que se produjeron antes de la elección del señor (Luis) Castañeda. Eso está comprendido en la conclusión.
¿Fue complicada la investigación si incluye a tres gobiernos de tres partidos distintos?
Lo que ocurrió en la comisión investigadora es que fue integrada por parlamentarios de los partidos que fueron gobierno y primaban sus intereses políticos. El que era del Apra protegía a su gobierno y apuntaba a los otros, el que venía de Perú Posible hacía lo mismo y el nacionalista también. Cuando se llegó a votar las conclusiones, estos legisladores se unieron para pedir que se retire del informe las conclusiones que no les gustaban.
Una ventaja para la nueva comisión es que no hay toledistas ni humalistas y la presencia aprista es mínima.
Claro, va a ser más fácil, pero hay que tener cuidado con la conformación de esta comisión. Yo diría que los apristas no deben estar en la comisión Lava Jato. Creo que eso le conviene a ellos mismos, porque al seguir defendiendo los actos de corrupción lo único que hacen es liquidarse como opción política.
¿Por dónde debería comenzar la nueva comisión?
Lo primero es que debe pedir a la presidencia del Congreso que se publique nuestro informe, luego comenzar la etapa de identificar responsabilidades. Todo Odebrecht ha entrado en una etapa de delación premiada, no solo Marcelo Odebrecht. El señor Simoes Barata está en esa línea y tiene mucho que explicar.
¿Le sorprendió que la gestión de Susana Villarán también está involucrada?
La verdad, sí, sobre todo en lo que se refiere a la ampliación de la concesión por 10 años (de la Vía de Evitamiento) con gran beneficio para la empresa. Villarán pudo haber cuestionado el contrato de Castañeda con los brasileños, pero no lo hizo y firmó el contrato.
¿Hay mucho por descubrir en este caso?
Lo más grave del caso Lava Jato está por salir. La Fiscalía y el Congreso tienen que trabajar en coordinación. Ambos tienen objetivos diferentes.
Autoficha
- “Ingresé al Congreso en diciembre de 2009 como accesitario de Juvenal Ordóñez, quien había fallecido. En 2011 resulté elegido por Tacna. Mi responsabilidad con la investigación del caso Lava Jato me impidió aceptar la invitación para postular a una reelección este año”.
- “Me siento satisfecho de la labor cumplida, pero muy decepcionado de las situaciones que vi, desilusionado del ex presidente Ollanta Humala, a quien apoyé en las campañas 2006 y 2011, sobre todo por su frase ‘honestidad para hacer la diferencia’”.
- “Soy ingeniero economista y he retornado a mis labores profesionales en la zona sur del país. Tal vez algún día vuelva a la actividad política, porque cuando te pica ese mosquito es muy difícil dejarlo. Por ahora no tengo ninguna vinculación partidaria con nadie”.
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