La remoción del contralor Edgar Alarcón abre el espacio para que el Ejecutivo –quien propone– y el Legislativo –quien designa– aporten a la institucionalidad, la lucha contra la corrupción y la impunidad, y sentar los estándares que un país desarrollado exige (no digo que seamos desarrollados, pero podríamos ir apostando por ciertos rasgos y patrones de los mismos).
Si bien el Ejecutivo ya propuso a su candidato (el economista Nelson Shack), sigue siendo válido preguntarse ¿cuál debe ser el perfil del contralor general de la República? Primero, lo obvio: debe ser ante todo una persona honesta y honrada. Por honesto nos referimos a quien obra de manera decente, justa y recatada; por honrado, al uso apropiado de los recursos y el poder que ostenta el cargo, pero sobre todo respecto al uso de fondos públicos por parte del resto de la administración pública. En resumen, es una persona intachable, que actúa de manera íntegra sin dejar espacio a la duda.
Segundo, debe ser un profesional con mucha experiencia (ojalá pública y privada), sobre todo en control (auditor, controller, etcétera), con capacidad de plantarse firme ante la presión del poder (sea político, económico o ideológico), con un conocimiento amplio de nuestro marco jurídico, capaz de transmitir a los suyos y a terceros sus creencias y objetivos; en fin, un profesional que le haga difícil a los corruptos y corruptores salirse con la suya.
Finalmente, debe ser independiente, partidariamente hablando. Es decir, no debe tener simpatías por un partido o líder político (más allá de lo que cualquier ciudadano puede sentir como aprecio o respeto por una persona o partido).
¿Es difícil encontrar una persona con estas características? En principio, no. El problema es que hoy, por lo ocurrido recientemente (así como por la sensación de que los anteriores contralores carecían de “dientes”), es más importante que nunca que cumpla un perfil exigente. Quien reciba el encargo debe brindar toda la tranquilidad y esperanza de cambio en una institución crucial para los tiempos. ¿El candidato que ayer ha propuesto el gobierno cumple con ese perfil que hemos indicado? Pues eso es lo que debe evaluar la Comisión Permanente del Congreso antes de proceder a su designación.
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