21.NOV Jueves, 2024
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Opinión

“El ministro Giuffra ha dado una gran lección, en primer lugar al país, pero en segundo (y más importante) a toda la burocracia local”.

En medio de la batahola de noticias políticas (que no dejan al peruano ni un segundo aburrido, pero cada vez más preocupado), dos buenas noticias han pasado casi inadvertidas: por un lado, se destrabó la Línea 2 del Metro, obra que como sabemos estaba casi parada por las discrepancias entre el Estado peruano y el concesionario (no obstante fue adjudicada hace tan solo 3 años); por otro lado, se destrabó la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, obra paralizada hace 12 años (otra vez, por dejadez o incapacidad del Estado peruano).

Las dos obras destrabadas tienen un hecho en común (en verdad, dos): estaban en manos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y fueron ambos proyectos destrabados por el ministro Bruno Giuffra. Lo increíble de esta historia es que el ministro Giuffra no cumple aún dos meses en el cargo, ¡y ya destrabó dos proyectos de varios miles de millones, uno de ellos parado por 12 años!

Primero, felicitar al ministro por este excelente trabajo. En el ínterin de dicha proeza (no exagero: es una hazaña destrabar dos proyectos tan grandes, en tan poco tiempo, en el Perú actual, donde la burocracia y la agitación social paran cualquier proyecto minúsculo con cualquier excusa), encima, se las ingenió para terminar unilateralmente el contrato con Kuntur Wasi, concesionaria hasta entonces del aeropuerto de Chinchero en Cusco.

Segundo, ¿cómo así se pudo hacer tanto en tan poco tiempo? Según distintas fuentes, tan solo voluntad, sentido de urgencia y decisión. Nada más.

Tercero, ¿cuándo veremos el mismo compromiso en los otros proyectos parados, o en las reformas tantas veces postergadas? ¿Habrá que clonar al ministro Giuffra para tener una versión minera, una laboral, una judicial, una agraria y así?

El ministro Giuffra ha dado una gran lección, en primer lugar al país, pero en segundo (y más importante) a toda la burocracia local. Ha demostrado que sí se puede, pero cuando se quiere y se trabaja, con voluntad y decisión. Ojalá veamos esto replicado en otros sectores.


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