En los últimos meses hemos venido creciendo a tasas menores a 4%. Los sectores primarios son los que más ayudan al crecimiento, pero los no primarios, como construcción, comercio y servicios, mantienen una fuerte desaceleración y, en algunos casos, se contraen con respecto a similar periodo del año pasado.
Es muy probable que cerremos el año en un 3%, y eso dentro de un escenario optimista, ya que la inversión pública y privada no ayuda a la recuperación.
El fenómeno de El Niño puede representar un retroceso de más de 1% en el crecimiento del PBI. Es decir, tenemos factores internos y externos que no ayudan a la recuperación del nivel de actividad.
Si el crecimiento no pasa de 3.5%, por la Ley de Okun, el desempleo aumentará y los problemas sociales se acentuarán aún más.
El fenómeno de El Niño traería consecuencias negativas en el agro al llegar las inundaciones, con la aparición de plagas, debido a las altas temperaturas a las que se llega con El Niño. La pesca también sufre por la desaparición de las principales especies de consumo frente a cambios en la temperatura del mar. Estos son los sectores que empujan el PBI. A pesar de su bajo peso en la producción total, van a sufrir las consecuencias que pueden forzar que se revisen a la baja las previsiones del producto total.
El panorama no es muy alentador y el gobierno no está tomando las medidas de precaución, como, por ejemplo, aprovechar la cantidad de agua que vendrá de las lluvias. En el largo plazo, la costa necesitará agua y nunca aprovechamos lo único positivo que nos trae este fenómeno cíclico que azota al país.
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