Jeanet Barboza,Figura de la TV
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Aunque alejada de la TV, Jeanet Barboza sigue vinculada al mundo del espectáculo: tiene una productora que organiza conciertos por todo el país y es la novia del cantante Jean Paul Strauss. Además, tiene dos salones de belleza y, con su marca Jeanet Barboza Spa, participará en la Feria de Franquicias que este 24 y 25 de setiembre se desarrollará en el Swissôtel.
¿Eres una chica de Sillangate adaptada a Lima?
Mi esencia es el de una mujer provinciana. Crecí libre de los prejuicios que tiene el Perú, y que una no encuentra en otros países: que si se es provinciano, que si se es limeño, que si se es cholo, que si se es negro, que si se es blanco. Y por estar libre de prejuicios he podido avanzar, tanto en el mundo de los negocios como en el del espectáculo.
¿Dónde te sientes en tu elemento: como empresaria o como figura del espectáculo?
Para mí, esa es una disyuntiva permanente. Hoy, cuando subo a un escenario lo disfruto más. Antes, las cosas se me daban, el éxito me vino sin esperarlo. Y, luego, está mi productora, que ha crecido mucho y con la que llevamos espectáculos por todo el país. Por ejemplo, en Huánuco reunimos a más 80 mil personas en un concierto gratuito.
¿Cómo va tu relación con Jean Paul Strauss?
Súper bien. En el tema de Jean Paul, yo me decía: “No quiero estar con un tío achibolado”, a pesar de que él tiene 42, y yo, 39. Debo reconocer que, al inicio, me costó aceptarlo, pero Jean Paul es persistente como pocos, y mira que yo hice de todo para que se desencantara. En algún momento he tenido mis dudas sobre mi relación con Jean Paul –tenemos un año un mes–, pero sí me veo viviendo y envejeciendo con él. Yo quiero un hombre que no sea un ‘trabajólico’, que sea divertido y que me haga reír, y así es Jean Paul.
¿Y es un tío achibolado?
Tiene tres hijos, dos de ellos en la universidad, no hay forma de que sea inmaduro: chambea y chambea bien.
¿Le das trabajo?
No, no se ha dado la oportunidad. Créeme, lo contrataría sin problema, es la mejor voz romántica del país. ¿Miento? (Ríe). Si algo he aprendido es a ser objetiva (risas).
¿Te harás más cirugías?
(Ríe). Todo el mundo habla de las cirugías –por ejemplo, hoy me da pena cómo le hacen bullying a Karen Schwarz–, pero una no para los 365 días del año en un quirófano. Tengo tres cirugías: nariz, caderas –pero volvieron a crecer y, por eso, le dije a Dios, “gracias” (risas)– y una liposucción. Vivimos en un medio donde todo es imagen, entonces, si necesitas arreglarte algo, hazlo, no podemos vivir traumados por tener algo que no nos gusta. Recuerda algo: nos enfrentamos al espejo todos los días.
¿Antes te sentías menos guapa que ahora?
Es diferente. Cuando una es joven y es bella, no te sientes la mejor del mundo, pero cuando eres madura y aún la gente voltea a mirarte, guau, te sientes la mujer maravilla. Además, las peruanas somos más lindas, misteriosas, especiales y exóticas que las brasileñas. Como mujer, sé apreciar la belleza en mi propio sexo y, por ejemplo, siento a la europea fría, sin gracia.
Has dicho que en la cama eres puro fuego…
Siempre. Eso sí, no me gustan las relaciones conflictivas, algo en lo que caemos mucho los peruanos: nos encanta el drama, los rollos existenciales.
¿Has tenido muchas parejas?
Siete, y no he tenido affaires. ¿Aburrida? No creo, ah, no he tenido quejas (ríe), pero a mí sí alguien se me quedó dormido (ríe). Hubo demasiados mojitos de por medio, pues.
¿Necesitas alcohol para levantar tu libido?
No, pero me encantan mis traguitos, los disfruto, pero, a la hora del amor, me gusta estar cuerda para saber lo que estoy haciendo y no echarle la culpa de lo que hago al alcohol. Soy responsable de todos mis actos.
¿Eres pura teoría o mucha práctica?
Las dos cosas. En mis manos han caído libros eróticos. ¿El Kama Sutra? Le di una miradita y me decía: “Esta ya, ya, ya” (risas). Ay, lo que me haces hablar (risas). En el tema sexual hay que experimentar –formas, cosas, sabores y demás–, algo que nos falta a las mujeres de esta parte del mundo; hay que estar más cerca de los varones que, en esto, son más desinhibidos.
¿Has salido con hombres casados?
No. Me dijeron que estaban separados, y los conocí en sus departamentos, viviendo solos, yo no puedo estar investigando más; si el divorcio salió o no, si regresó o no a su casa, no es asunto mío.
¿Te gusta la exclusividad?
Sí, en eso soy chapada a la antigua: nunca he sido infiel y no perdono la infidelidad, pero sé que dejar de mirar es imposible. A Jean Paul le he dicho que mire todo lo que quiera –y yo también–, y si por allí quiere experimentar, que lo haga, pero yo haré lo mismo (ríe), porque para mí existe la ley del equilibrio.
AUTOFICHA
- Hoy, que no estoy en la TV, tengo más giras que hace cuatro años, cuando conducía ‘La movida’. Me encanta el folclore, pero hoy la gente prefiere escuchar cumbia.
- Mi productora tiene 20 años. Nílver Huárac, el papá de mi hija, es mi socio. En Huánuco acabamos de reunir a 80 mil personas.
- Mi hija tiene 18 años, es una cholita linda. No le gusta el mundo del espectáculo. Le gusta el marketing. Con Jean Paul Strauss, mi novio, se lleva muy bien.
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