El hipertiroidismo e hipotiroidismo son males que suelen confundirse entre sí. Pero para evitar mayores malentendidos, digamos de una vez que el hipertiroidismo es el resultado de una excesiva producción de hormonas tiroideas, mientras que el hipotiroidismo aparece cuando dicha producción es insuficiente. Esta es la diferencia primordial. Ahora bien, estas alteraciones provocan diversas consecuencias en el organismo. En el caso del hipertiroidismo, los síntomas suelen ser temblor de manos, taquicardia, sudoración, hiperactividad, sensación de calor constante, entre otros. “En cambio, las personas con hipotiroidismo experimentan todo lo contrario: cansancio, sueño, tendencias depresivas, son friolentas, problemas de fertilidad, hasta pueden sufrir anemia”, precisa Cecilia Solis-Rosas, endocrinóloga de la Clínica Javier Prado.
MITOS Y VERDADES
Hay personas que dicen “tengo problemas en la tiroides y por eso soy gordo”. Sin embargo, la especialista considera que no siempre es verdad. “Hay mucha gente que asocia hipotiroidismo con el sobrepeso o la obesidad. Eso es un mito. Si bien hay aumento en el colesterol en triglicéridos, hay personas con hipotiroidismo que son flacas, así como hay personas subidas de peso que tienen hipertiroidismo”, precisa Solis-Rosas. Lo cierto es que ambas son enfermedades tratables y controlables. Los síntomas pueden mantenerse a raya siempre y cuando la persona haya recibido un diagnóstico a tiempo. Sin embargo, hay grados extremos cuando no hubo control ni diagnóstico, usualmente que pueden derivar en la muerte.
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