22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

La madrastra artística de Britney Spears, Katy Perry, Lady Gaga o Wendy Sulca cumple 62 años este lunes.

En los años 80, o eras de Marvel o de DC.

Lo mismo pasaba con Madonna y Cyndi Lauper: o militabas con la antivirgen libidinosa de ‘Like a Virgin’ o con la locuela chillona de ‘Girls Just Want to Have Fun’.


Tal vez mis gustos no eran lo suficientemente gays (o tal vez lo eran demasiado), pero yo siempre fui de Cyndi Lauper. Su voz puntiaguda ha constituido uno de los infalibles euforizantes sonoros de mi adolescencia, juventud y madurez (que yo gusto de llamar neoinmadurez). La primera mano femenina que acogí en la mía como sudoroso adolescente enamorado fue en 1985, a los 14 años, viendo ‘Los Goonies’ en un cine de verano y escuchando con el mayor arrobo los vibrantes gorgoritos de Cyndi Lauper atacando el tema principal de la película…

UNA RARA AVIS EN MINIFALDA
La Lauper no es una flor temprana: cuando en su álbum de debut en 1983 cantó que las chicas solo querían divertirse, la inquieta Cynthia Ann Stephanie ya contaba con 30 añazos… Pero era el suyo el grito jovial, lleno de alegría de vivir, de un lema revolucionario –en realidad versionó, llevándola a su terreno, la creación de un oscuro cantautor que compuso el tema en 15 minutos durante un rapto de inspiración en su bañera–, contribuyendo a impregnar de lúdica frivolidad una de las pocas generaciones artísticas que no se tomó demasiado en serio a sí misma.


Hoy, ‘Girls Just Want to Have Fun’ está considerada un himno clásico del feminismo (la propia combatividad feminista de la cantante supone una de sus mayores fuentes de inspiración como libretista) y, junto al ‘A View to a Kill’ de Duran Duran, es sin duda mi canción favorita de los 80. Ese mismo año, Cyndi Lauper fue la primera artista en colocar 4 singles de un mismo álbum en el Top 5 de las listas estadounidenses: ahora confiesa que no fue fácil abrirse camino en aquella década y convencer a la rígida industria musical de que se le permitiese cantar sus propios cortes.

Pero a ese hito imbatible le siguieron muchos otros éxitos, mayores y menores, siempre memorables: ‘Time After Time’ (su primer hit co-escrito por ella), ‘She Bop’, ‘True Colors’, ‘I Drove All Night’ (olvídense de Celine Dion), la estremecedora ‘Sally’s Pigeons’… ¡o ‘Good Enough’, la canción de ‘Los Goonies’!

FALSO DUELO DE ESTRELLAS
En esos tiempos, Cyndi Lauper fue enrolada sin su consentimiento en una rivalidad ficticia con el mayor mito musical de los 80, Madonna. Aunque la prensa musical coetánea daba como ganadora de la lucha de ídolos a Lauper, fue la Ciccone quien se acabó llevando el gato al agua, gracias a su mayor instinto comercial y comprensión de lo que es una estrella pop; Cyndi, demasiado comprometida con sus principios y, paradójicamente, con la música que hacía, vio cómo su estrella se iba apagando a finales de esa mágica década.


Por mi parte, jamás me gustó la voz grave de Madonna ni su abordaje tan superficial del sonido mainstream, aunque nunca he logrado que me caiga antipática, más bien todo lo contrario. Pero lo que Cyndi ofrecía era un paisaje pop mucho menos simplista, más riguroso y puro, coronado por ese cabello arcoíris como un lazo punkie a un enfoque musicalmente sólido y casi clasicista. Su concierto ‘Cyndi Lauper in Paris’ (1987) fue una de mis más fieles y tenaces compañías en el reproductor VHS de la época.


CAÍDA Y NUEVO AUGE
Durante los años siguientes, seguí su carrera con obcecación de fanático mientras la industria musical le daba la espalda: en 1996 saca al mercado uno de sus mejores discos, ‘Sisters of Avalon’, con todos los temas co-escritos por ella. ¡Y hasta me compré su chistoso álbum de villancicos ‘Merry Chistmas… Have a Nice Life!’ de 1998! A eso se le llama adoración incondicional.

Tras los 90, una década funesta en cuanto a repercusión mediática, llega el momento de la reconciliación paulatina con el público: Cyndi publica ‘At Last’ (2003), un álbum de clásicos estándar del jazz, el swing y el pop, corriendo el riesgo de convertirse en una de esas divas que ya solo interpretan material ajeno…

Por suerte, a su socorro acudió la comunidad gay –precisamente la que hizo grande a Madonna–, esa que decide qué es lo que marca o no tendencia mundial, lo que sobrevive o muere en las pistas de baile, y que ha terminado adoptándola como ícono propio, tal como hace con muchas otras estrellas pop.

Nadando entre dos aguas, en 2008 ella ya lanzó un álbum claramente bailable en un guiño al ambiente, “Bring Ya to The Brink World Tour”, y en 2010, su álbum más exitoso en lustros, “Memphis Blues”, dedicado a clásicos del blues, y que el New York Post votó como el 7° mejor disco de 1997.

La buena racha continúa: hace dos años ganó un Premio Tony por su contribución como compositora al musical de Broadway ‘Kinky Boots’, que remataría con un Premio Grammy al mejor Álbum de Obra Musical en 2014.

Todo indica que aquel viejo dicho de “quien vale, vale y quien no, para cura” es cierto: los años han confirmado a Cyndi Lauper como una de las mejores artistas de la historia del pop y, pese a que hoy cumple 62 años, aún tiene cuerda para que nos divirtamos una eternidad.

Feliz cumpleaños, ángel inusual.


DATOS

  • Su primer disco, ‘She’s So Unusual’, incluye una versión de un tema de Prince: ‘When You Were Mine’. Prince también escribió ‘Manic Monday’, el mayor éxito de The Bangles, la formación femenina que teloneó a Lauper en una de sus giras y a las que une gran amistad.
  • El clásico lauperiano ‘Time After Time’ debe su título a la película homónima (1979) de Nicholas Meyer que fantasea con una trepidante persecución en el tiempo de Jack El Destripador por parte del escritor H.G. Wells. Cyndi lo usó de muletilla durante el proceso de composición, pero luego no pudo reemplazarlo sin que la canción perdiera toda su entidad. Poco más tarde sería versionada por Miles Davis, el genio del jazz.
  • ‘The Goonies ‘R’ Good Enough’, el tema principal de ‘Los Goonies’, fue bautizada originalmente por Cyndi Lauper con un sencillo y seco ‘Good Enough’, pero se le reformó el título por motivos promocionales: desde entonces, ella odió tanto la canción que la retiró de su repertorio desde 1987 y no la incluyó en ningún recopilatorio suyo hasta 2004.
  • Durante 1999 y 2000, grabó un disco que nunca se publicó (excepto en Japón) debido a la extinción del sello discográfico que lo produjo: ‘Shine’ está repleto de luminosas canciones pop (incluida una que se titula ‘Madonna Whore’), que ahora vagan por Internet a la busca de oídos adecuados.
  • En marzo de 2011, Cyndi Lauper protagonizó su propio video viral cuando, durante el retraso de un vuelo en el aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, calmó al pasaje interpretando a capella con un megáfono una versión improvisada de ‘Girls Just Want to Have Fun’.
  • Su relación con la comunidad gay no es casual: Lauper ha sido desde siempre una activista en pro de los derechos LGBT, mostrando su apoyo constante en la lucha contra la homofobia. Su versión de ‘True Colors’ ha sido adoptada como himno universal a la tolerancia sexual y dio nombre a una Fundación pro-LGBT que ella también ayudó a crear.
  • En su autobiografía de 2012, ‘A memoir’, Lauper revela cómo el acoso sexual de su padrastro la obligó a abandonar el hogar en su adolescencia, su trastorno de déficit de atención y cómo lidia con la depresión.

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