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Sexo.21: ¿Por qué nos excitan los pies?

El fetiche erótico más extendido y universal es el de la adoración por los pies humanos.

¿De dónde surge esa pasión humana, casi siempre masculina, por las extremidades de las personas? ¿Por qué siendo tan poco estéticos, reciben los pies tanta atención por parte de los erotómanos? ¿Cómo se amplía ese fetiche hacia otros elementos colindantes como los zapatos de tacón y las medias? Nos parezca atractiva o aberrante, la atracción por los pies supone una pulsión que ha motivado por igual a onanistas y artistas.

La podofilia


Para quienes nos gustan los pies, resulta tranquilizador saber que se trata de uno de los fetichismos más comunes en los varones, aunque en las mujeres apenas existen datos sobre tal predilección. Sin embargo, a la podofilia, como se conoce en modo estricto, difícilmente se le puede denominar fetiche (pues este abarca sobre todo el gusto por objetos inanimados). Más bien, se trata de un “parcialismo”: así se llama a la acción por la que extraemos placer de reducir simbólicamente el cuerpo humano a una sola de sus partes.

Lo apasionante del tema es que todavía no sabemos muy bien por qué se da tan a menudo este parcialismo concreto ni cuál es su origen. Hay desde hipótesis freudianas algo descabelladas (la típica sustitución o reminiscencia del pene a través del pie, así como el miedo a la castración como motor de desviación hacia ese fetiche) hasta algunas más divertidas: por ejemplo, se dice que probablemente un pie desnudo nos excita porque no estamos habituados a verlo sin su zapato, tal como nos excita la visión de zonas humanas tradicionalmente tapadas en público; o que incluso resulta incitante porque nos recuerda nuestro instinto ancestral de apareamiento, en el que habitualmente el pie queda a la misma altura de los ojos que la zona genital de quien, acostado, nos está recibiendo para el coito.

Zapatos y pedicura


Ya dentro de la categoría podofílica podemos encontrar numerosas variantes: hay quien se decanta por la simple contemplación de los pies, con o sin zapato, como fuente de placer; hay quien prefiere tocar los pies de su amante, incluso besarlos o lamerlos; y también hay quien se inclina por los dedos de los pies como acicate principal de su libido. ¡Incluso existe el fetiche de la pedicura! Y es que unos pies femeninos de uñas bien recortadas y con un bonito y delicado esmalte pueden cautivar muchísimas miradas.

Y, por supuesto, el calzado también vehicula gran parte de ese deseo: su fetichismo es el más popular entre todos los que se dan con objetos femeninos como protagonistas. De ahí que también sea uno de los complementos de mujer con mayor tradición en la confección de moda erótica. Unos buenos tacos no solo hacen esbelta la figura: también embellecen el pie.

Extrañamente, no resulta habitual encontrar mujeres fetichistas de los pies: en los foros dedicados a este particular, la mayoría de internautas femeninas confiesan no prestar gran atención a los pies masculinos. Sí puede resultarles sexy un hombre descalzo, pero en su conjunto. Las manos parecen ser mucho más apreciadas por ellas.

En la práctica


Obviamente, la podofilia es como cualquier otra afición sexual: resulta placentera si tu pareja también gusta de ella o disfruta de la complicidad establecida. En este caso, el mayor dilema lo presenta el hecho de que no a todo el mundo le agrada que le anden toqueteando –y mucho menos babeando– los pies. En realidad, hay personas que adoran que les acaricien y masajeen sus extremidades… ¡y hay otras que no lo soportan en absoluto!

Lo mejor es convenir con tu pareja o amante un terreno común de goce mutuo: por suerte, hay tantas actividades posibles a la hora de explorar el cuerpo del otro que, mientras una persona se centra en los pies, la otra puede centrarse en otra parte de la anatomía… Además, en las parejas compenetradas, el placer de uno provoca también placer en su acompañante, así que no debería presentarse conflicto alguno.

Incluso, la pareja puede llegar a plantearse un duelo de tortura de cosquillas a cuatro manos en las plantas de los pies, ejercicio que resulta de lo más disfrutable… ¡siempre que se realice consensuado, claro!

TENGA EN CUENTA

  • Muchísimos famosos son fetichistas del pie: Quentin Tarantino adora filmar y lamer pies, y Britney Spears que se los laman. ¡Hasta Dostoievski fue un gran adorador de los pies!

  • Según la dominátrix de pies Mona Wales, hay fans para pies feos, sucios o descuidados. ¡Incluso hay más gente que prefiere las asperezas de la planta que una piel totalmente suave!
  • La Antebellum Art Gallery de Los Ángeles ha inaugurado “Locos por los pies”, una exposición multidisciplinar que celebra la podofilia, animada con canciones como… “Blue Suede Shoes”.

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