- Petrobras con riesgo de inminente “default”… ¡Jua, jua, jua Humberto Campodónico y Eleodoro Mayorga!
- Ana Jara insinuó que podría renunciar al premierato, pero esa sería una de las peores noticias para Ollanta Humala en estos momentos, dado que la actual –y cambiante– composición de fuerzas en el Congreso ya no le garantiza al oficialismo que tendría el voto de confianza (que es una institución absurda porque no somos un régimen parlamentarista) necesario para nombrar a otro nuevo premier.
Es cierto que el Congreso tampoco se va a suicidar negándole dos mociones de confianza al Ejecutivo y desencadenando así unas nuevas elecciones legislativas que no le conviene (aunque posiblemente el aprismo y el fujimorismo incrementarían sustantivamente sus curules, de qué les serviría ahora eso), pero sí le puede hacer pasar un mal rato aún mucho más largo y turbulento de lo que al entonces más potente oficialismo le tomó conseguir luz verde para Jara.
Y la oposición le podría pedir cabezas en precio, como el Apra exigiría la de Cateriano o el fujimorismo la de Urresti, por no decir varios más que están en salmuera (Omonte, Figallo, Mayorga, Gutiérrez y ‘Pulpín’ Ghezzi).
Así que Ollanta ahora mismo necesita a Jara mucho más de lo que esta le necesita a él: tiempo de negociar algunos cambios, nuevas condiciones y hasta candidaturas si tienes mejores cartas. Porque en estos momentos hay una guerra sorda entre el eje Nadine/Jara contra Urresti y una facción militarista, cada uno filtrando informes a los medios. Dicen que Blanca Rosales, la todopoderosa jefa de Comunicaciones del gobierno, sería el ariete de esta ofensiva contra Jara.
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